Capítulo 29

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Nota: Woow, ESTOY actualizando seguido. Pidan un deseo. Y no se olviden de comentar y votar, amo leer sus comentarios ;) Disfrutenn

"Cuando se equivoque, cuando con sus limitaciones se choque

Y la sofoquen
Ella asume los errores y se incorpora
La nena de eso aprende, la nena no llora"

—No llora, El Cuarteto De Nos.

ASHTON.

Lo más probable es que Aggie esté durmiendo, y con todo lo que le cuesta conciliar el sueño, tengo que ser lo más sigiloso posible para entrar al departamento sin que se despierte. Juro que un alfiler puede caer a su lado y hacer que se despierte.

No quiero eso.

Necesito un poco de tiempo sin verla para acomodar mi cabeza.

No tengo idea como proseguirá nuestra convivencia a partir de ahora. Mi plan es seguir sus pasos y ver qué es lo que ella quiere hacer. Dejar que Aggie ponga las reglas. No me olvido lo que me dijo sobre lo difícil que es verme como tan solo su amigo.

Giro la llave con cuidado y empujo la puerta. Noto algo extraño apenas entro. Las luces de la sala de estar siguen encendidas. Siempre las dejamos apagadas. Quizás Aggie no esté durmiendo, o se olvidó de apagarlas.

Después de dejar mis llaves sobre la mesa, siento una bola de pelos moverse entre mis talones. Bajo la mirada para encontrar al gato refregándose contra mis jeans. Es su manera de saludar... O de rascarse. A este punto, no estoy seguro de nada con este animal. Dejo que lo haga durante unos segundos antes de moverme.

Me dirijo a la cocina para buscar un poco de agua.

Me detengo de golpe. 

Hay una persona parada en el medio de la cocina, y no es Aggie.

Su figura me da la espalda, y es fácil darme cuenta de algunos detalles. Es un hombre, alto, su cabello es oscuro y viste una sudadera negra. No es Miller. ¿Quién es?

Mierda.

Este hijo de puta se metió al departamento mientras Aggie estaba durmiendo.

Decido actuar antes de empezar a desesperarme por cómo entró y qué demonios planea robarse. Me acerco rápido, y antes de que tenga la oportunidad de girar, lo empujo contra el refrigerador y coloco mi antebrazo bajo su cuello.

—¿Cómo entraste? ¿Quién mierda eres? —espeto. Miles de pensamientos inundan mi cabeza. ¿Dónde está Aggie? ¿Sabe que este tipo está aquí? ¿Le hizo algo?

El chico parece tener mi edad. Sus ojos son oscuros y cabello negro azabache. Todas las facciones de su rostro están definidas. Tiene algunas pecas sobre su rostro y una expresión asesina.

—¿Quién mierda eres tú? —responde furioso. La pregunta me agarra desprevenido. ¿Qué ladrón pregunta al dueño del lugar quién es?

Aprovechando mi momento de sorpresa, su puño se estrella con fuerzas en mis costillas. Me alejo tosiendo.

—Imbécil. Te voy a matar —mascullo. El desgraciado tiene un buen gancho.

Estoy por volver a abalanzarme sobre él cuando gritos me detienen, paralizándome en mi lugar.

—¡Ashton, no! ¡Espera! —exclama Aggie agitada.

Volteo para encontrarla envuelta una bata violeta y el cabello mojado que deja rastros de agua en el suelo. Acaba de salir de ducharse. Luce intacta, por suerte.

Los secretos que escondemos. (LIBRO 1 y 2)Where stories live. Discover now