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Capítulo 40

Lourdes (TheLerdeAndVelasquitoShow)

— Angie, no creo que este sea el camino —Murmuro mientras me aferro a su brazo. Estamos solas en casa en medio de la noche intentando encontrar algún tipo de recompensa que Paige escondió durante el día.

Estamos grabando el especial de Halloween, lo cual significa que debemos asustarnos y poner nuestra vida en peligro para que nuestros suscriptores sean felices mientras nos ven llorar.

Por supuesto, la única asustada soy yo.

— ¡¿Puedes parar de mover la linterna y dejarme leer la siguiente pista, idiota?! —Exclama mi mejor amiga con furia— Tienes suerte de que mi mano esté ocupada, Lourdes. En otro momento te habría abofeteado.

Respiro hondo e intento calmar un poco mis temblores para que mi mejor amiga, quien sostiene la cámara mientras grabamos, pueda leer la última pista que encontramos luego de ver lo que debió de ser la peor película porno de la historia.

Si, realmente puedo notar que toda esta búsqueda fue planificada por Paige...

— Dice que el objeto misterioso se encuentra en...

Pero justo en esos momentos un grito escapa de mis labios, pues mi celular comienza a sonar y el ruido me ha aterrado.

Digamos que tener el grito de una niña como tono de llamada no es algo positivo.

— ¡Espero que ese susto valga la pena, Gonzalez!

— Es mi novia. Solo espera un poco —Pido a Angie.

Ella acepta con un gruñido, pues sabe que si se niega no logrará nada. Mis aventuras últimamente se han vuelto tan importantes que realmente no me interesa lo que las personas más cercanas a mi piensen.

— ¿Chelsea? ¿Qué sucede, amor?

Sé que es extraño que esté saliendo con ella, una vieja fan loca, pero conseguirla fue fácil. Chelsea me ama desde que comencé en YouTube y está dispuesta a intentar nuevas cosas en la cama.

No puedo pedir más.

Además, creo firmemente que una aventura no es una aventura si no debes enfrentarte a situaciones no tan placenteras.

— Luli, temo no poder ir hoy a nuestra cena de aniversario de dos días. Tengo que acosar a mis artistas favoritos y no tengo tiempo para ti.

— Está bien, amor. No te preocupes —Tenemos un par de días de relación, pero nunca es demasiado temprano como para decir te amo.

Además, no lo siento, así que es mucho más fácil que esa frase salga de mi boca.

Suspiro.

¡Todo habría sido distinto si decírselo a Martina hubiera resultado tan fácil!

— ¿Te veré mañana? —La interrogo, aunque casi deseo que diga que tiene otros compromisos.

Es buena en la cama, pero no es mi tipo y suelo sentir que me ahoga.

Es una aventura muy complicada.

— Si, amor. Adiós —Se despide— ¡Feliz y aterrador Halloween!

Yo no le respondo, pues Halloween nunca ha sido una época llena de sonrisas para mí. Digamos que soy fácil de aterrar.

Una vez me hice pis solo porque había estrellas en el cielo, y no, no bromeo.

— Lo siento, Angie —Me disculpo—... Sabes lo muy inoportunas que pueden ser los amores de nuestras vidas.

Ella no ríe.