Cap 4: Habitaciones

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Dedicado a lavistadesaturno

Un jovencito de ojos negros abría los ojos lentamente después de varios minutos de inconsciencia. Al acomodarse, recordó que había tenido un ataque de pánico y acabado en el piso. Sin embargo, estaba en la cama de su habitación.

Unos momentos después, la puerta de su cuarto se abrió y entró un rubio alto de ojos azules, con un vaso con agua en la mano.

—Hola, ¿cómo te sientes? —le da el agua.

—Me...mejor gracias —comienza a beber.

—¿Qué te pasó?

Tamaki se exaltó por esa pregunta cuando estaba terminando de hidratarse. Todos en su escuela sabían de sus ataques y sabían que hacer. Pero ese chico era un completo desconocido.

—Tranquilo, está bien si no puedes decírmelo, pero es para evitar futuros malentendidos —pone una de sus manos en su hombro para acariciarlo—. Te encontré desmayado en la entrada de tu habitación y te dejé en la cama. Ya llamé a una médico para que te revise.

Ok, es un completo desconocido, pero algo dentro de él le decía que estaba bien confiar en él.

  ¿Por qué un extraño se preocuparía tanto por él?

—Yo... tengo principios de ansiedad. A veces cuando sobrepienso demasiado, mi mente se nubla y me he llegado a desmayar. Ya no me pasaba, pero creo que pudo interferir el hecho de que estoy en un nuevo lugar —deja escapar un suspiro—. ¿Puedo pedirte un favor?

— Claro.

— ¿Podrías mantener esto en secreto? No quiero que más gente sepa sobre mi condición.

— Mmm —separa su mano de su hombro—- Ok, pero si la situación lo requiere, le tendré que decir a alguien más, ¿entendido? —toma ligeramente su mano.

—En...entendido. ¿Y...cómo te llamas?

—Mi nombre es Mirio.

—El mío es Tamaki —sonríe.

El pequeño Tamaki en él celebraba internamente. Su terapeuta seguramente estaría orgulloso de él al haber podido decir más de dos preguntas y mantener una conversación sin tartamudear enfrente de una nueva persona.

Cuando se dio cuenta de que la mano de Mirio estaba tocando la suya, por increíble que pareciera no se exaltó. Al contrario, sentía su mano bastante suave.

—Muchas gra...

Fue interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose, dejándo ver a una chica rubia de ojos azules y grandes, vistiendo bata de doctora.

—Hola Mirio, ¿es él al que debo revisar?

—¡Pony! —separa su mano con la de Tamaki—.  Sí, solo para cerciorarse de que no tenga algo más.

— Oki doki, te diré el diagnóstico después, por favor retirate.

—A sus órdenes doctora —voltea a ver a Tamaki—. Hasta luego Tamaki-kun.

 Hasta luego Tamaki-kun

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Just Relax (BNHA AU)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant