Llamando a la puerta del cielo

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El vientre de Clarke no dejaba de crecer y eso colocaba a Bellamy tan nervioso que no hacía más que perseguirla. Lo bueno es que estaba feliz y todos habían notado aquello, inclusive su hermana quien le daba la razón a Clarke en la densidad que manejaba. 

Sin embargo, Bellamy veía la habitación totalmente pronta para la llegada del bebé en cualquier momento. Tenía todo preparado, y había perseguido a Nyko con todo lo que él debía saber del parto y cada paso, solo por si pasaba algo.

—¿Qué va a pasar? Yo voy a estar aquí.

—¿Y si no?

—¿A dónde me voy a ir?—preguntó irónico. Ya, pero es que Bellamy podía ser persistente e intenso si se lo proponía... incluso más molesto.

Este se encontraba en el dormitorio mientras Clarke estaba con Raven y Octavia haciendo algo que él no prestaba mucha atención. ¿Tarde de té? Por favor, que bizarro. Sin embargo le sirvió para abrir su cajón y rebuscar al fondo entre su ropa una blusa. A esa blusa, le abrió un pequeño bolsillo y sacó el anillo que alguna vez le había pertenecido a su madre.

Según lo que había escuchado, la situación funcionaba así. Sin embargo, tenía dos preguntas que tironeaban de él. La primera era un "¿No es demasiado pronto?" mientras la otra le insistía con un "¿El tiempo de verdad existe a este punto de vida?". Y ya llevaba tiempo con eso, pero es que tampoco sabía que hacer. ¿Frente a todos? Oh él no podía exponerse ante eso, no tenía la valentía. ¿Y si ella le decía que no?

¿Acaso el compromiso para él tenía ese significado?

La puerta se abrió sin golpear y Bellamy torpemente dejó caer el anillo que cayó a los pies de la chica que abrió la puerta. Madi miró a Bellamy con el ceño fruncido y se agachó para tomarlo. Abrió su boca mientras cerraba la puerta—¿Esto es para mamá?—Madi dejó el "mamá Clarke" porque ya era redundancia.

La puerta golpeó—Bell, ¿Estás ahí?—Bellamy le hizo a Madi señal de silencio y la niña se guardó eso en sus bolsillos.

—Eh si, está abierto—habló mientras Madi corría a su lado. Se sabía los cuentos de princesa por Bellamy, y aquél momento siempre era especial así que no iba a arruinarlo. No, ella no podía arruinarlo.

Clarke pasó y los vio a ambos uno al lado del otro—¿Qué traman ustedes dos?—colocó su mano en la cintura, descansando un poco del peso que tenía en su vientre.

—Nada—soltaron al unísono y la rubia tomó aire, negando incrédula mientras se tiraba boca arriba en la cama.

—Claramente no me dirán, pero ya no importa—le restó importancia al hecho porque de verdad estaba fatigada.

—Deberías levantar los pies para que no se hinchen—recomendó Bellamy llevándole un banco y la rubia hizo eso para sonreirle.—Gracias.

(...)

Y Bellamy siguió paseando el anillo por sus bolsillos hasta que Madi tiró de su mano hasta la habitación.—¿Qué es eso?—preguntó señalando una caja.

—Velas. Para ti y mamá. Dije la tía O que son románticas—si bueno, Octavia se había ganado aquel titulo no solo por Lincoln, si no porque se autodenominaba así e insistía que Madi también podía decirle así. Aunque la niña seguramente lo hizo para complacerla más que nada.

—No puedo hacerlo hoy.

—¡Hazlo!—ordenó la niña mirándolo serio—Cobarde. ¡No es muy espartando de tu parte!

—¡Ey!

—¡Ahora que en un rato viene Clarke!—la niña tomó las velas de la caja para comenzar a dejarlas en ciertos lugares, y Bellamy siguió aquello algo inseguro. Colocaron un total de quince velas y este las encendió todas mientras Madi asentía.—Yo me iré a dormir, pero tú has eso. ¿Me lo prometes?—esta dejó el anillo que había tomado recién sobre la palma de Bellamy.

Llamando a la puerta del cielo.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant