Epílogo

494 31 0
                                    

26 de octubre, 2008. 

Estaba concentrado en el trabajo que estaba haciendo. Había decidido aprender a hacer ganchillo y no era nada fácil y menos cuando aprendes por una revista de "abuelas". 

—No me lo puedo creer. —rio. —¿Desde cuando haces ganchillo? 

—Desde hace tres días. —contestó concentrado en su tarea. —Es para el bebé. 

—Te implicas demasiado, aún queda un poco más de un mes. Y no es el primero. 

River rodó los ojos. 

Emma fue a sentarse al sofá, pero con aquella barriga de 8 meses apenas podía. 

—¿Cómo lleva Derek el embarazó? 

—Uf, pues igual de pesado que siempre. —se sentó. —¿Has ido a ver Bea y a Jonathan a Escocia?

—Sí, fui con Andrea hace dos semanas ya. 

—Yo la llamé ayer o antes de ayer. Estaba muerta. Ser madre de un bebé de dos meses no están fácil como la gente cree. 

River sonrió. Hace dos meses había vuelto a ser tío. 

—Bruce va a ser igual de bruto y burro que su madre. 

Emma le dio un puñetazo. 

—Deja de ser tan faltón y tráeme un zumo. Un zumo de naranja. 

River se levantó y se dirigió hacia la nevera para coger el zumo mientras parloteaba sobre que quería hacer una exposición de fotos, una exposición de sus fotos. 

—River. —le llamó Emma. 

—Creo que lo mejor sería pedir presupuesto en ese sitio nuevo que está... 

—¡River! —exclamó ahora. 

—Ay. Dios. Mío. 

Emma acababa de romper aguas. 

—Llama a un ambulancia y después llamas a Derek ¿vale? Y dices que es urgente. —intentó mantener la calma, una contracción empezaba a hacerse presente.

River seguía ahí, como un pasmarote. 

—¡QUIERES MOVER TÚ PEDAZO CULO DE ZANAHORIO Y LLAMAR A UNA MALDITA AMBULANCIA! ¡EL BEBÉ ESTÁ VINIENDO PANOLÍ! 


Madrugada del 27 de octubre. 

—Madre mía, no me puedo creer que ya sea la tercera. 

—¿La tercera? 

Andrea miró a River. 

—El tercer bebé que nace en nuestro grupo de amigos. No me lo puedo creer. 

River suspiró. 

Habían mandado un mensaje hace rato a Bea y a Jonathan. Igual que a Alice y a Rachel. Que después de haberse dado un tiempo había vuelto y habían decidido irse de viaje por Europa. 

—Es preciosa. —dijo Andrea. 

—Parece un mono. 

—¡River! —le regaño intentando aguantar una carcajada. —No digas eso. 

—Es que es verdad. Mírala. Seguramente cuando crezca sea guapísima. Pero ahora es peluda. 

—River, no tiene ni cuatro horas. 

—Ya, pero parece un mono. 

Y Andrea sin poder aguantarse soltó una carcajada. Y salieron de la zona de nido, para no despertar a los bebés con sus risas. 

—No... —otra carcajada. —No le digas eso ni a Derek ni a Emma que te matan. 

Después de estar un buen rato riéndose. Sus risas empezaron a disminuir y se sucumbieron en un silencio. 

River miró a Andrea. Su perfil era maravilloso. Y cada día estaba más enamorado de ella.

Entonces dijo lo que nunca pensaba decir a nadie. 

—Cásate conmigo Andrea. 

Esas palabras cayeron como agua helada. 

—¿Cómo? 

—Cásate conmigo. Sé que suena anticuado. —dijo con un nudo en la garganta. —Pero quiero pasar el resto de mi vida contigo. 

—No hace falta casarnos para estar juntos toda la vida. 

—Lo sé. Pero quiero verte con un vestido blanco caminado hacia el altar. —silencio. —Si no quieres, lo entiendo, quiero decir, es una...

—Quiero casarme contigo, River. 

 —¿En serio? 

—Sí. —asintió con los ojos empañados. 

—¿Por qué lloras? No quiero que te sientas presionada, si no quieres no pasa nada, lo entiendo. 

—Lloro de la emoción, idiota. Por supuesto que me quiero casar contigo. 

Y sin decir nada más se besaron, y las lágrimas salían de los ojos de Andrea. 


----------

Guau. No me puedo creer esto. Estoy... Estoy tan contenta y tan triste a la vez de haber acabado la historia de River y Andrea. Me ha encantado escribirla. No me juzguéis, seguramente no sea mi mejor obra, ya que es la primera. 

Es mi primera, pero no mi última novela, solo acabo de empezar. 

También quiero agradeceros todo el apoyó. 

Muchas gracias. Muchísimas gracias a todas esas personas que votáis, que ponéis comentarios bonitos. Muchas gracias a las personas que habéis estado desde le principio y a las que empezaréis a venir. Sin vosotrxs no habría sido capaz de lograr esto. 

Esta novela se la quiero dedicar a mi amiga Sara, que ha estado ahí desde el princpio. 

Os quiero mucho a todos. 

Y nos vemos pronto en la próxima novela. 

Besos <3

Ginebra B.

Éramos pocos y parió la abuelaWhere stories live. Discover now