Capitulo 5 - AIS

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Todos volvimos a la escuela después de un periodo corto de tiempo, se inició una ceremonia donde le daban la bienvenida aquellos chicos de nuevo ingreso, y todo lo de rutina: amigos volviéndose a encontrar, cambios en la apariencia y estilo de algunos, prefectos yendo de tras de ti, ya saben, vida normal en la secundaria. Para bien o para mal este nuevo ciclo escolar habían cambiado los horarios de absolutamente todo, incluso aquellas clases que compartía con Nádir habían cambiado, ahora los días que coincidíamos en presencia eran los miércoles, jueves y viernes, y aunque haya aumentado un día seguían siendo únicamente ocho horas a la semana, con la diferencia que ahora todo estaba desordenado, y los primeros días no pude ver a Nádir.

Él tenía sus propios amigos, quizá no eran las mejores amistades que podía poseer, pero una gran parte del tiempo siempre estaba con ellos, en su salón, en el descanso, en las clases que compartíamos, en casi todas partes, y yo, de una manera lenta y dolorosa llegaba a quedar en el olvido, no podía hacer mucho y tampoco tenía el derecho de hacerlo, simplemente era respetar el gran límite de amistad que había entre los dos. Jamás tuve fe en sus amistades, siempre me parecieron mala influencia y poco prácticas, podrían ser celos, pero al pasar de unos cuantos meses mis pensamientos acerca de ellos fueron certeros: su pequeño grupito incluido él fue expulsado de la escuela, así de simple y así de rápido o al menos eso fue lo que se dijo. No se sabe exactamente el por qué, y se rumorean muchas cosas, sin embargo, nada tuvo algún sustento y se pudo comprobar, solo ellos y los directivos saben que fue lo grabe que hicieron para que hayan sido expulsados, como había dicho, no eran muy buenas amistades. Así fue, como un trio de desubicados fueron expulsados. Pensaba: ¿será que hasta aquí llega el chico que me atrae más que todas las chicas? Un pequeño gran error y todo se acaba, todo cambia o nada sigue como antes. Y yo sabiendo todos los problemas que él tenía mis esperanzas de volverlo a ver cada vez desaparecían poco a poco.

Con tristeza y un sabor amargo no tenia más que simplemente seguir mi vida y dejar que el destino se encargara de lo que fuera mejor para los dos. Fueron meses en los que no tenía ni una distracción, meses de paz y tranquilidad hasta cierto punto, había algunos momentos en los que su rostro y acciones llegaban a mi mente como una imagen que venia acompañada con sentimientos de melancolía y un poco de tristeza. Y bueno las cosas pasaban como tenían que pasar. Un día que parecía normal me encontraba siendo seleccionado amablemente por mi profesora para ir a la dirección a nada más y nada menos que perder el tiempo por un rato, ir a dejar unos papeles y hacer algunas cosas más, sin cosas extra ni trampas, no tenía más que simplemente ir y dejar que las cosas fluyeran, no tarde mucho en realizar lo que me habían encargado y a los pocos minutos de haber entrado en aquella oficina, salí en dirección a mi salón, hasta que a lo lejos pude observar una silueta peculiar y bastante conocida, no alcanzaba a ver, pero, sabía quién era... era él, Nádir, ahí estaba, con su típica sonrisa de adolescente que no conoce la tristeza venia caminando hacia donde yo me encontraba, lo vi con ojos de sorpresa de arriba abajo, como si de un fantasma se tratase, intercambiamos palabras y algún que otro saludo, le hice preguntas pero las evadió, así que simplemente me quede con mi sorpresa, le dije que estaba feliz de volver a verlo y retome mi camino hacia mi salón de clases. En el pequeño camino de regreso mi meten divagaba, pues muy dentro de mi pensaba que ya no lo volvería a ver, que nuestra historia simplemente se acabaría en el instante que fue expulsado, pero por fortuna o desgracia no, este no fue el final, fue una verdad a medias, un secreto entre los tres chicos y los directivos, una cortina de humo, porque realmente solo expulsaron a uno, aquel que más problemas de conducta presentaba había sido el desafortunado en irse, a los otros dos lo único que obtuvieron fue una pequeña suspensión por tres meses. Nadie se iba a imaginar que dos de los tres iban a regresar, el rumoreo de una expulsión definitiva era firme, otros decían que los iban a mandar a una escuela diferente, algunos tenían la esperanza de un simple cambio de turno, al final todos se equivocaron. Dentro de mí sentía un enorme gusto por volver a hablar con él, aunque haya sido un rato solamente y de manera sorpresiva, no podía sacarme de la mente la enorme coincidencia que había sucedido en ese instante: él regresando aun después que todos incluyéndome pensáramos que no iba a volver, y yo que justo ese día, en ese momento, a esa hora exacta tenía que bajar, coincidimos y extrañamente solo éramos nosotros dos.

Las cosas para él no terminaron nada mal, regreso a la escuela, mantenía su misma rutina escolar y parecía que nada en general había cambiado, pero algo paso entre aquel grupo de "chicos problema", de tres solo quedaron dos, de dos pasaron a ser uno, cada uno termino por su lado. Aquellos que eran grandes amigos se dejaron de hablar, nunca más se les volvió a ver juntos. Jamás supe el motivo de su separación, pero siendo sincero era algo que no me disgustaba, aquellos chicos era mala influencia para Nádir, y ahora cada uno estaba por su lado.

Para bien o para mal, empecé a enfocarme en las prioridades que mejor me parecían, deje de lado las malas cosas, tome muchas decisiones, algunas sin sentido, dejé de hablarle a Nádir y me empecé a alejar de él, dejamos la convivencia a solo en ocasiones estrictamente necesarias, empezaba a atormentarme poco a poco su presencia, realmente no sé por qué nuestra amistad se volvió complicada, hasta las personas de nuestro al redor podían sentir esa sensación de desapego y cambio. Ya no me era gratificante verlo, era algo sumamente raro. Tal vez solo necesitaba espacio, dejar las cosas fluir me parecía que era lo mejor para ambos, porque, aunque no tuviéramos nada más que una amistad sentía que era lo necesario para ambos, estando juntos, pero en caminos distintos. Por desgracia la vida no cumple caprichos, y funciona de maneras que son muy complicadas de entender, pareciera que está ahí para hacerte añicos, algunas cosas que no quieres que pasen terminan sucediendo, destino o casualidad al final el resultado es el mismo. Tan solo a mediados del ciclo escolar al personal de la escuela se le ocurrió la grandiosa idea de cambiar de grupo a Nádir y que mejor grupo para cambiar a un inadaptado que el mío. Mientras más quisiera alejarme de él, parece que el mundo estuviese decidido a no dejarme olvidarlo, como si ese chico fuera para mí. Así siempre ha sido y así siempre será.

Te recuerdo - Para todos aquellos que alguna vez fueron todo para mí.Where stories live. Discover now