Esta ave necesita alas nuevas

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Chiquitito, dime que está mal.
En tus ojos no hay esperanza para el mañana.
Como odio verte así, no hay manera de que puedas negarlo.
Puedo ver que estás tan triste y tan callado.
Siempre estabas tan seguro de ti mismo.
Ahora veo que tu plumaje está roto, espero que podamos arreglarlo juntos.
Chiquitita - ABBA

Luego de la impresión inicial, Lan Qiren se recuperó lo suficiente como para oír la tan necesaria explicación de su sobrino. Sorpresivamente, Wei Wuxian permaneció silencioso junto al niño, en su semblante podía leerse el agotamiento emocional y el anciano no puede evitar sentir algo de compasión. Al finalizar la charla, el matrimonio se retiró sosteniendo las manos del pequeño y Lan Qiren se quedó allí meditando en el asunto, tal vez debería visitar la biblioteca para averiguar sobre la extraña criatura que los asechó y maldijo al líder de secta Jiang. Por su parte, Wei Wuxian siente que necesita un buen trago de Sonrisa del Emperador para sentir que sigue anclado en la tierra, parece irreal estar caminando hacia el prado donde viven los conejos con la versión miniatura de Jiang Cheng, es incluso aún más sorprendente que su shidi se muestre tan cómodo con su presencia; necesita sentarse a meditar y llegar a una conclusión lo antes posible, descubrir de qué se trata esta supuesta maldición, si existe una cura o si Jiang Cheng morirá en algún momento. Sin el panorama completo, Wei Ying está a la deriva arrastrando a Lan Zhan con él; puede notar su incomodidad, lo mucho que le afecta descubrir que la persona que aborreció durante más de diez años en realidad sufrió tanto como él, se siente culpable por permitir que sentimientos negativos de derramaran sin conocer totalmente ambas caras de la moneda. Nunca fue un hombre que juzgara con facilidad, creyó que perseguía el sendero de la justicia pero, después de perder a Wei Ying sucumbió a la agonía y se dejó manipular por las habladurías de la gente y cegar por las actitudes poco agradables de Sandu Shengshou.

A medida que se acercaban a su destino, los discípulos con los que se cruzaron les dedicaron miradas atónitas e incrédulas, Wei Ying sonrió algo animado a sabiendas que esos jóvenes crearon miles de escenarios en sus mentes luego de ver a la pareja recorriendo el Receso de las Nubes con un pequeño brincando animadamente aferrado a sus manos. En cuanto estuvieron a pocos metros del prado, un solitario conejo atravesó el espacio entre un matorral y otro atrayendo la atención de Jiang Cheng. Su expresión cambió de inmediato, Wei Wuxian vio como sus ojos y boca se abrían con asombro y luego saltaba totalmente extasiado queriendo perseguirlo para alcanzarlo.

—¡Xian-ge, Xian-ge! —Le llamó tirando de su mano—. ¡¿Lo viste?!

Wei Wuxian sonrió. —Si, A-Cheng. Era muy esponjoso. ¡Y hay muchos más! —Animó guiando al niño hacia el corazón del prado.

Al momento de ver la gran cantidad de conejos esparcidos por la hierba, Jiang Cheng abrió ojos y boca con asombro y emoción. De inmediato se soltó del agarre de ambos adultos y corrió extasiado hacia allí. Lan Wangji se puso alerta, temía que la paz fuese quebrantada o los conejos se alteraran, sin embargo, Jiang Cheng no gritó ni saltó, en cuanto llegó a su destino se agachó para extender sus deditos hacia el conejo que mordía una hoja. Wei Wuxian tironeó de la manga de la túnica de Lan Zhan para llamar su atención, ambos se acercaron al niño que poco a poco comenzaba a ser rodeado por un grupo de conejos curiosos. En un determinado momento, el niño se sentó dejando que un par de animalitos se subieran a su regazo haciéndole reír con alegría.

Wei Wuxian no pudo apartar la mirada de él. ¿Alguna vez vio a Jiang Cheng reír con tanta libertad? No lo recuerda y ello le hace sentir triste y muy arrepentido. Solo las caricias que Lan Zhan le dio con el pulgar en el dorso de su mano consiguieron apaciguar ese amargo sentimiento. Luego se sentaron a pocos metros del niño y permitieron que los minutos fluyeran con calma hasta que en un determinado momento Jiang Cheng se durmió bajo una montaña de bolas peludas.

Cuando el amanecer se perdió en el horizonteWhere stories live. Discover now