Papá Sirius, Papi Severus (Sirius X Severus)

Salida escolar

Un pequeño de siete años se levantó a las seis de la mañana, su papi severus le había enseñado a ser autosuficiente en muchas cosas, por lo que se vistió con la ropa que le habían preparado la noche anterior. Ésta ropa consistía en unos shorts verdes estilo militar, una camiseta de mangas cortas que le quedaba un poquito holgada y por supuesto, sus medias hasta abajo de las rodillas y zapatos cómodos para hacer ejercicios.

Ahora se preguntarán, ¿Por qué un niño de siete años estaba despierto a esa hora?, Pues la emoción le era demasiada, no podía dormir y estaba muy al pendiente. Ese día sus papás y él irían a una salida escolar, porsupuesto esta vez le tocaba a ambos padres a ser ayudantes supervisando niños, sabiendo primeramente que Severus era un profesor muy capacitado y Sirius... él había discutido con la maestra para poder ir, por nada del mundo se perdería el viaje de su hijo y principalmente, la cara de fastidio de su pareja por tener que ver niños pequeños.

- ¡Papá, papi!- dijo Harry desesperado entrando al cuarto donde sus padres dormían, Sirius estaba roncando un poco con un poco de su cuerpo fuera de la cama mientras severus estaba hecho bolita entre la mayor parte de las mantas que le había quitado a su esposo.

- Cachorro - balbuceó Sirius despertando un poco, con un poco de consciencia logró ver el reloj- son las seis de la mañana- se quejó escuchando un gruñido de su pareja.

- Papi, el viaje - Se quejó su hijo moviendo la mano de su papá, este suspiró y cerró sus ojos con pereza.

- El viaje es hasta las 9, pequeño, faltan muchas horas aún - Murmuró intentando dormir nuevamente.

Harry infló sus mejillas ofendido por ser ignorado, pero aún así los dejó en paz y fue a su cuarto, se peinaria él solito, normalmente Sirius le ayudaba con su cabello tan rebelde usando pequeñas gomitas que le ayudaban a recogerlo; una de las cualidades mágicas del niño era que su cabello odiaba ser cortado por lo que solía crecer como loco.

Recordando que su amigo Draco usaba una especie de gel para mantener su cabello, subió a su banquito y empezó a buscar, pero no habían comprado eso nunca.
Con derrota tomó un poquito de agua y empezó a peinar su cabello hasta aplastarlo bien, solo un pelito se mantuvo parado pero no le dió importancia.

Su siguiente tarea, fue su desayuno. No había visto la película Matilda por nada, por lo que en silencio fue a buscar las cosas, huevos no había.

- Papi no fue al mercado ayer ~- se quejó bajo, entonces tomó lo siguiente en su lista de opciones, cereal y leche, con trabajo se sirvió un poco desparramando este. Aunque con sus torpes manitos quiso limpiarlo, terminó embarrando más la cocina.

Justo en ese momento su querido elfo Kreacher apareció para salvarlo.

- Pequeño amo Harry, no es hora para que esté levantado - dijo el elfo comenzando a limpiar lo que había ensuciado.

- Pero Kreacher, no puedo! Ya casi debemos ir al viaje - dijo con notoria emoción, Kreacher solamente le ayudó con su desayuno y se dispuso a limpiar sin reprochar nada.

A eso de las siete y media de la mañana Severus bajó bostezando poniéndose su bata para encontrar al elfo dormir con su hijo en el sillón mientras el televisor, adquisición de Sirius, transmitía una película muggle infantil que su hijo amaba ver.

Los dejó ser mientras preparaba el desayuno, notando que su hijo ya había desayunado con el elfo, preparó las cosas para el día y a las 8:40 ya estaban en la escuela alistando las últimas cosas para salir.

- ¡Sirius no le des comida al mono!- le regaño su esposo mientras el perro solamente intentaba darle maní al primate.

Y así pasó un día, Sirius parecía un niño travieso junto a su hijo y su sobrino Draco, Lucius se negaba a salir de su sombrilla por miedo a quemarse mientras que Remus también jugaba con los niños y Severus, él sólo quería volver a su casa a descansar antes de que otro niño casi se caiga en la jaula de los leones.