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—Este es Noruega —Finlandia señaló a un chico con un casco vikingo—, y estos son Suecia e Islandia. Dinamarca se ha ido a comprar —explicó.

—¿Entonces vosotros sois los países nórdicos? —pregunté.

—Sí. Sabes, _____, tienes mucha suerte. Finlandia no se abre así con casi nadie —dijo Noruega codeando a su hermano.

Oh. Bueno, tío, ¿qué quieres que te diga cuando tu hermano me dice que no hablas con nadie y con una desconocida sí?

—Sabéis qué... ¿dónde está mi habitación? —pregunté con un poco de incomodidad y Suecia me indicó dónde.

Subí al piso de arriba —exacto, esta gente viven en casa propia y no en departamento— y busqué mi habitación.

Al abrir me encontré con un cuarto mucho mejor al mío que tenía antiguamente. Este era de color azul celeste simulando el cielo y diferentes tonos de turquesas para el mar. En el techo había diferentes constelaciones con el cielo negro.

—Esto es maravilloso —dije sorprendida por la calidad del cuarto.

Los muebles eran de caoba con diferentes glifos en ellos, representando la cultura nórdica. Al apagar la luz, las estrellas del techo brillaron.

—Increíble.



—¡La vamos a palmar como los de la Palma!

Dinamarca llegó a la casa y todo normal, hasta que llegó el invitado de Suecia, Lituania, una chica con la bandera de colores amarillo, verde y rojo horizontalmente.

Luego decidimos hacer un flambeado para chulear delante de los nórdicos. Al final salió mal, como podréis averiguar.

—¡Vamos a morir! —exclamó Lituania.

Con los gritos apareció Dinamarca, seguido de Noruega, Suecia e Islandia. Vieron el desmadre que montamos y se pusieron a gritar y correr diciendo fuego en sus idiomas.

—Mitä teet, tyhmä?!

Miré hacia la voz que había dicho eso y me encontré con Finlandia. Él traía un extintor y lo usó, apagando el fuego.

—Nos salvaste —dije con la boca abierta.

Ok, no sé si lo pillasteis, pero estoy haciéndole la pelota. Tal vez sea mala idea, tal vez no. Quién sabe. El caso es que necesitaré a alguien por si las cosas se complican en este nuevo universo.

—No fue nada —Finlandia estaba con un ligero sonrojo. Qué mono.

Los hermanos nórdicos junto con Lituania se llevaron a Finlandia para hablar sobre yo que sé que mierdas. Supongo que a molestarle o algo así. Mientras tanto, yo seguía a lo mío.

—Bueno, he estado a punto de morir por culpa de un flambeado, o sea que necesito mi querida música —me puse a buscar mi teléfono, pero me di cuenta de dos cosas. Uno: estaba en pijama. Dos: no tenía mi móvil—. Mierda.

—¿Qué pasó? —no me había dado cuenta de que Dinamarca se me había acercado. ¿Este es ninja como su hermano?

—Primero, estoy en pijama y nadie se había dado cuenta —los países con patas soltaron un "oh"—, y segundo, ¡perdí mi móvil! Mi hermoso móvil. Dónde tenía el Wattpad y mi música.

—En torno a lo de la ropa, te puedo prestar, si quieres —antes de que pudiese seguir hablando, la cogí de la mano y me la llevé.

Durante el camino a su casa hablamos y bromeamos, la verdad es que a veces pienso que estoy en un sueño o algo así, o tal vez esté en cima y nada de esto sea real. Y pues, si fuese así, tendría que aprovechar esto al máximo.

—Ya llegamos.

La casa era maravillosa. En serio. Parecía una mansión, era mucho más grande que la casa de Finlandia.

—¿Vives tú sola en esta pedazo mansión? —pregunté mientras entrábamos.

Lituania río.

—Ay, no. Aquí viven también mis hermanos, en total somos quince —la chica (¿se podría decir así?) al ver mi cara de asombro continuó hablando—. Somos descendientes de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, o sea, la URSS.

»El principal es Rusia, o sea, ¿quién no conoce a Rusia? Luego estamos Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Turkmenistán, Ucrania, Uzbekistán, Estonia, Letonia y Tayikistán.

Mi cabeza empezó a doler. Eso eran muchos países en verdad. Debí de haber estudiado más de historia o geografía, no tenía ni idea de que eran tantos países.

—¿Te encuentras bien? Estás un poco pálida. Aunque la verdad no se nota mucho, como eres de tez pálida...

—¿Me podrías dar un poco de agua, por favor? —me iba a desmayar. O eso creía. ¿Qué cojones me estaba pasando?

—Sí, sí. Por supuesto —Lituania se fue a por el vaso mientras yo me sentaba en el sofá del salón.

—Што ты і што робіш у маёй хаце? —Puta madre, que yo no hablo Taka Taka.

Me di la vuelta y casi se me para el corazón.

Para ser un país humanizado estaba bastante buena.

𝗣𝗢𝗥 𝗘𝗥𝗥𝗢𝗥 || 𝗰𝗼𝘂𝗻𝘁𝗿𝘆𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝘀 𝘆 𝘁𝘂́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora