━ Capitulo 4

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|Mire tus ojos y pude ver un nuevo brillo en ellos... |

Realmente creí que era broma.

Hoy me encontraba casado y cargando a mi primer hija, producto del matrimonio con el amor de mi infancia.
I

sabela estaba agotada después de dar a luz, ahora mismo dormía después de comer una arepa de su madre.


La señora Julieta había limpiando a su primera nieta. Y la señora Alma atendió el parto.

En este momento mi alrededor parecía lejano; los sonidos, las personas, todo. Solo éramos Adela y yo.

Los demás Madrigal comentaban los nervios que sintieron hace minutos cuando Isabela rompió fuente. Caminaban de un lado a otro organizando y acomodando el desastre que se armó en la comida.

Tenía rato que no veía a Dolores, probablemente huyó de aquí. Era absolutamente comprensible.


Adela iniciaba a sollozar, al ser un inexperto llamé a Julieta.

—Ay mi bebé hermosa— la señora con el don de curación tomó a mi hija en brazos para arrullarla. —Debe tener hambre mijo, ahorita vengo con ella otra vez— asentí.


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Caminaba por el patio de casita en espera.

Observé a lo lejos su pelo rizado medio largo, el cual se movía al compás del viento.

Parecía relajada, simplemente le conocía tan bien que sabía que no era así.

Venía de la mano de Toñito, ambos platicaban y en su otra mano traía una bolsa pequeñita.

¿Escuchará mi corazón acelerarse al verla?

Me perdí en mis pensamientos hasta que la voz de Julieta me hizo volver.

—Aquí está ya la princesa— me la entregó en brazos.

—Muchas gracias oiga, no sé que hacer en éstas situaciones.

—Para eso estamos Mariano.

—Dios mío, ¿esa es Adela?— miré atrás, era Antonio y su hermana.

—Toñito, ven, ven— lo llamó su tía.
—Es tan pequeñita ¿verdad?— lo cargó a la altura de mi hija y el niño acarició su mejilla.

—Oh es taaan bonita y tierna.

—Dejémosla dormir, al rato vienes otra vez.

—Si tía— se bajó de los brazos de la mayor. —Adiós Mariano, adiós hermanita y adiós Adelita— susurró lo último corriendo a su habitación.

—Si pasa algo me hechas un grito, estaré con Isabela.

—Si Julieta... y otra vez muchas gracias— se despidió con un beso en la mejilla de la bebé.

 Una voz inaudible  ━Encanto  [Dolores x Mariano] Where stories live. Discover now