Árbol genealógico, fotos y besosObservo el cuadro de Niké que desde hace un par de días cuelga de mi pared. Niam me lo obsequió como regalo adelantado de cumpleaños, aunque faltan un par de semanas para ello; intente negarme pero luego de un rato logro convencerme de aceptarlo.
—Sí no lo tomas, lo pondré en una bolsa y te lo traeré el día de tu cumpleaños. De ti depende que lo recibas intacto ahora o ese día en las condiciones en las que pueda llegar.
Me apresuré a agarrarlo después de eso; mi amiga puede tener buenas intenciones, pero sus regalos siempre llegan dañados. Una vez me trajo una caja de bombones derretidos porque los olvidó en el auto cuando fue a correr y en otra ocasión me obsequió auriculares con forma de kiwi realmente hermosos, sin embargo, no servían para el modelo de mi teléfono por lo que mi mamá terminó quedándoselos.
—¿Qué haces? —Como si la hubiera llamado con el pensamiento, mamá entra a mi cuarto con una bandeja cargada con té de limón y galletas.
El domingo por la tarde, cuando veníamos a mi casa empezó a llover y lo que al principio eran inofensivas gotas terminó por convertirse en una fuerte tormenta que duró toda la noche. Al bajar del auto las gotas ya parecían pelotas de tenis de lo grande que eran por lo que me empape completamente con solo poner un pie afuera, además, por la desesperación se me salió una zapatilla y en lugar de ponérmela, corrí con ella en mi mano mojando mi media. Lo que hizo que me retrase y acabe pescando un resfrío que me impidió ir ayer al instituto, era más mocos que persona. Tampoco voy a decir que me moría de emoción por ir a clases, fue un día menos de aguantar a esos que dicen ser mis compañeros.
Incluso ahora mismo mi aspecto debe ser espantoso, pero no me importa teniendo en cuenta que mi habitación debe lucir igual o peor con las bolitas de papel tiradas junto a mi cama. Pero aún con el estado enfermizo con el que llegue de la feria, obligue a mi padre a colgar el trabajo de Axen en mi habitación.
—Estaba analizando el cuadro —me levanto para dejarla sobre la mesa de noche con cuidado de no derramar la infusión.
Ella sabe que mi pasión por el arte desde que soy pequeña por lo que aquel comentario no le resulta extraño, aunque este no sea el tipo que más me gusta. Soy más de fotografías, de jugar con las luces y sombras de los diferentes paisajes.
—Es muy bello ¿tiene algún significado? —indaga entusiasmada.
Asiento, es increíble que las manos de Axen lo hayan creado, la pieza es digna de estar en una galería famosa como el Louvre de París o la Gagosian de Nueva York junto a las obras de artistas de renombre internacional.
—Por mas banal que parezca, todo lo relacionado al arte tiene un significado. Es la diosa griega de la Victoria.
—¿Sólo eso?
—Siempre se la representa siendo sostenida por otra deidad aunque en este caso está ella sola. Simboliza a las personas que son capaces de lograr el éxito por sí solas —explico detallando la pieza.
—Esa es una interpretación un tanto ególatra ¿no te parece?
Me quedo en silencio analizando sus palabras y termino dándole la razón a pesar de que al hablarle de Nike he confundido los conceptos.
El mensaje de Axen es incorrecto. En una maratón hasta el mejor corredor necesita ayuda para llegar a la meta, ya sea alguien que le ofrezca agua o quien le dedique unas palabras de aliento para impulsarlo a llegar al final aunque sus músculos se resistan a continuar.
Todos necesitan ayuda en algún momento y pedirla no hace que la capacidad de ninguna persona disminuya.
—No lo había notado —admito.
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Técnicamente Amantes
Teen FictionEmalene West vive en la utopía de un noviazgo perfecto hasta que descubre a su novio engañandola y como venganza afirma que ella también le es infiel con un chico al que realmente no conoce. Su cordura tambaleara cuando la atracción por dos personas...