Capítulo 3

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Adriana

Una tarde, leyendo bajo uno de los árboles del jardín, apareció Olivia pegando saltitos en mi dirección.

-Hola bomboncito ¿Nos vamos?

-¿Irnos a dónde?

-He quedado con las chicas y quiero que las conozcas-. No tenía ganas de salir y tampoco es que me hiciera mucha  ilusión conocer al grupo de Oli que por lo que me había estado contando días atrás, se formaba de tres chicas: Mia (la seria), Sophie (la popular) y ella (el alma de la fiesta).

-¿A donde vais?

-De compras al Paseo de la calle Tercera.

-No tengo ganas de salir.

-Levántate y deja de ser tan muermo.-Cogió mi mano y me estiró.

-Espera un momento ¿Ves como voy? -dije señalándome de arriba a abajo.

-Nada que no tenga solución. Te doy cinco minutos, estaré en la puerta. -Me dio una palmadita en el culo y salió del jardín. No me quedó de otra que aceptar, no quería quedar mal con ella ya que era la única "amiga" que tenía ahí. Aunque pensándolo mejor no era tan mala idea salir de compras. Mi madre me había dado dinero hacía unos días exclusivamente para ello y ya necesitaba ropa.

Subí al cuarto y busqué en el armario algo decente que ponerme. La maleta con la que había venido no era muy grande y  si queríamos facturar alguna más salía muy caro, por ello tuve que dejar casi todo en España.
Me puse el primer vestido corto que encontré. Era negro con tirantes y tenía una pequeña obertura en los lados. Lo complementé con unas sandalias con un poquito de tacón y un bolso a juego. No me gustaba usar joyas y no solía maquillarme, como mucho me aplicaba un poco de rímel para resaltar la mirada y un brillo de labios. Cuando estuve lista bajé a la entrada, cogí las llaves y cerré la puerta.

Olivia se encontraba apoyada en un coche y me hizo un ademán con la mano para que me acercara.

-Esta es Tiffany, mi hermana. Ha quedado con sus amigos y nos deja de paso. -Eran muy parecidas, la misma cabellera rubia y los mismos ojos azules.

-Hola, soy Adriana-. me presenté.

-Subid ya -contestó cortante. Serían físicamente parecidas pero el carácter de cada una no se parecía en nada.

Mi amiga me explicó que la calle Tercera era una zona peatonal larga llena de tiendas, cines y restaurantes en el centro de Santa Mónica, como un centro comercial, pero abierto. En cuanto llegamos bajamos del coche y la hermana de esta se marchó sin decir ni una palabra, algo que me esperaba.

-Creo que no le caigo muy bien a tu hermana -le confesé.

-No se lo tengas en cuenta ella es así, además la acaba de dejar el novio. Mira, las chicas están allí -señaló a la entrada y nos reunimos con ellas-.Chicas esta es Adriana, mi nueva vecina. Adri estas son Sophie y Mia.

-Así que tu eres la españolita de la que tanto me han hablado... No eres tan guapa como pensaba. ¿Cómo es que hablas tan bien nuestro idioma? -soltó Sophie con  superioridad sin haber escuchado si quiera mi acento.

-Mi padre se crío en Nueva York, él fue quien me enseñó.- Le respondí un poco avergonzada. Me había afectado un poco que me dijera ¿Fea?. Sí, se podía decir que me había llamado así.

-No le hagas caso, ¿Adriana te llamabas?. Ella es así, no hay nadie mejor que ella.-contestó Mia con la expresión seria.

-No pasa na..- me quedé con la palabra en la boca porque ellas empezaron a caminar hacia una tienda.

¿Puedo besarte?Where stories live. Discover now