Dulce Pecado {CP #2} {COMPLETADA}

Capitulo 1 (Parte 2)

Me sentía incomoda, Alex y Bryan se miraban analizándose el uno al otro. Parecían dos adolescentes peleando por una Barbie en el instituto. Alex era el capitán de futbol mujeriego, Bryan el niño de papa con dinero.

Alex estaba tan guapo como siempre, vestía unos tejanos caídos dejando ver sus bóxers, una camiseta blanca ajustada que marcaba sus abdominales, y sus supras blancas.

Concéntrate. ¿Acaso no te acuerdas de porqué estas casada con un estúpido? Por su culpa. - pensé.

-Puedes dejarnos solos Bryan. - dije jugando con mis dedos. Bryan vacilo unos segundos pero después acepto.

-Claro amor, estaré fuera - beso mis labios de forma posesiva, remarcando frente a Alex que yo era suya.

Bryan camino hacia la puerta tomándose su tiempo, deseaba que el imbécil saliera de la habitación, pero a la vez no. Cerré mis ojos y respire profundamente un par de veces, calmando mis sentimientos y aclarando mis pensamientos.

-¿Qué haces con ese idiota? - dijo Alex cuando Bryan salió del despacho. Abrí mis ojos de golpe y los clave en los suyos.

-¿A ti que te importa?

-Me importa mucho.

-No te he llamado para que me des tu opinión, solo quiero recuperar lo que es mío.

Por unos segundos se formo un gran e incómodo silencio en ese despacho, temía perder mi valentía y caer a los pies de Alex con tan solo sentirlo cerca, porque no voy a negaros que aún lo amaba.

-¿Sigues con Anna?

-No - dijo mirando el suelo.

-¿Y eso?

-Eso fue un error que no tuve que haber cometido...

-¿Arrepentido?

-Demasiado... Yo...

-¿Qué tal se lo tomo Bratt? - dije interrumpiéndolo.

-Nunca lo supo, Anna se caso con él y hizo como si nada hubiera pasado..

-Tal vez debería llamarlo y hablar con él...

-No serias capaz.

-Ponme a prueba Alex.

Otro incómodo silencio se formo entre nosotros. Quería sacar valor y preguntarle sobre mi hija, pero a la vez mi cuerpo parecía gelatina, y tenía miedo de perder la única esperanza de recuperar a mi hija.

Su mirada estaba como perdida, lo conocía perfectamente, sabía que estaba pensando en algo, o quizás trazando algún plan para librarse de esto. Pero me sorprendió el verlo venir hacia a mí con pasos firmes.

Pero cuando estuvo frente a mí, cuando tan solo centímetros nos separaban, por mi mente paso toda mi vida. El tiempo pareció detenerse, mi cabeza comenzó a darme punzadas de dolor. Sentí mis mejillas humedecerse, todo me daba vueltas.

-Se te acaba el tiempo - dijo Alex en un susurro.