Action Cat ♡Frerard Hard♡

♥5♥

Así, lentamente fueron pasando los días, hasta el esperdado dia 20, la boda de mi hermano era justamente aquel día y los nervios recorrian todo mi cuerpo, sentía ansia por ver por fin a Frank, y claro, también a Mikey y a Ray de nuevo.
Una enorme sonrisa estaba tallada en mi rostro, bajé a toda prisa las escaleras, dejé a la pequeña Bandit con su canguro, monté en el coche dirección a la iglesia.
Aparqué en uno de los aparcamientos y entré.
Busqué con la mirada a Mikey, que estaba cerca del altar, me acerqué a toda prisa a su lado.
-Mikey, hermano - le saludé, nos abrazamos con gran efusividad.
-Gerard, te he hechado de menos, no nos veiamos desde aquel dia en la pizzeria- se separó de mi y me miro fijamente a los ojos, señaló a uno de los bancos de la primera fila- por ahí esta tu asiento, cerca de el de Ray, luego hablamos
Fui directo hacia el asiento que señaló, Ray se sentó a mi izquierda, y a la derecha se sentó el padre de su hermosa prometida, que entró por la luminosa puerta mientras la marcha nupcial sonaba lejanamente.
Después de la emotiva ceremonia, fuimos al banquete, busqué y busqué a Frank, pero no le encontraba, la desesperación invadia mi cuerpo y mi mente.
-Ray ¿Sabes donde esta Frank? - Segundos después de preguntar esto, entró por la puerta del restaurante, noté como mis mejillas ardían y el restó de mi cuerpo se empapaba de sudor frio, no podia apartar la mirada de el, llevaba unos hermosos pantalones negros de traje, una camisa blanca y una corbata roja. Frank se acercó a Mikey que estaba en la mesa central.
-Gee, compañero, se te cae la baba- soltó Ray, eché una mirada de odio hacia mi acompañante al cual parecía importarle mas bien poco, pues no paraba de reirse, como si le acabaran de contar un chiste o algo por el estilo.
Ví como Mikey señalaba la mesa en la que nos encontrábamos Ray, dos personas las cuales no conocía y yo, Frank miró y pude notar su cara de sorpresa y como sus mejillas se tornaban más rosadas.
Se acercaba, con esos andares que solo el tenia, a cada paso que daba mi corazón latia más y más fuerte, sudaba y mis mejillas parecian tomates.
-Ho...ho...hola- saludó timidamente, un escalofrío recorrio mi cuerpo, esa voz... no había cambiado nada, seguía igual de dulce que antes.
-Hey Frankie - le devolvió el saludo Ray
-Hola...- saludé yo por lo bajo mientras revolvía mi cabello y miraba al suelo.
-¿Puedo sentarme? -preguntó
-Claro- contestó Ray. Frank agarró una de las sillas que estaban separadas de la mesa y la puso a mi lado, donde había un plato, otro escalofrío recorrio mi cuerpo al percibir el distintivo olor que el poseía, mi corazón se encontraba al borde del ataque cardíaco, a mis 38 años esto no debía ser sano.