CUATRO ── LA OVEJA NEGRA

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CAPÍTULO CUATRO ── LA OVEJA NEGRAㅤ

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CAPÍTULO CUATRO ── LA OVEJA NEGRA

ㅤㅤ Siempre hubo un aura peculiar en los hermanos Bang. Hyunjin se preguntó porqué, si tenían casi la misma edad, nunca los había visto en el pueblo, y la respuesta terminó siendo más complicada de lo esperado.

La casa de la colina le pertenecía a Dave Lee, un hombre en sus cuarenta que siempre fue visto caminando solo por las calles de Sharville, por lo que nadie pudo explicar de dónde habían salido sus cuatro hijos. Los niños se juntaban todas las mañanas a jugar en el lago, pero Hyunjin podía jurar que nunca en su vida los había visto.

El señor Lee dejó de salir de su casa cuando la gente comenzó a cuestionar. De repente fue inundado por cientos de preguntas, especialmente por aquellas mujeres que vivían para el chisme. Le preguntaron si compartían la misma madre, y si estaban conectados con la sangre de los Kim. El señor Lee habló con un vecino sobre su hijo mayor, Chris, y le planteó el cambio de apellido.

Sin embargo, desde el primer momento en que fue cuestionado, tanto él como sus cuatro hijos dejaron de recorrer las calles del pueblo. Y pronto, nadie conocía a los Lee o los hermanos Bang.

La verdad se ocultaba en la oscuridad de la casa de los Lee. Detrás de aquellas viejas paredes de madera, el verdadero infierno cobraba vida.

Los hermanos Bang eran cuatro; Chris, Minho, Changbin y Jisung. Los cuatro eran del mismo padre, pero de distintas madres, quienes eran trabajadoras sexuales que se dejaron llevar por los encantos de Lee. Mujeres que, desde el momento en que entraron a esa casa, dejaron de existir.

Dave Lee era un hombre de mente muy cerrada. Se aferraba a la misma idea que venía de generaciones pasadas, desde el inicio del Clan de los Kim, pero lo mantenía muy oculto.

Su familia siempre creyó en la existencia de un poder oscuro dentro suyo, y que sólo Satanás era capaz de fortalecerlo. Se creía en la existencia de una revolución, la cual estaba muy cerca de llegar al mundo de los vivos, donde los mortales finalmente abrirían sus ojos y recibirían al Anticristo como el verdadero Salvador.

Anteriormente se había anticipado la llegada de los hermanos Bang por el culto de la primera generación de los Kim. Fue el mismísimo Kim Taehyung quien predijo la llegada de lo que llamaron La Oveja Negra: Christopher Bang será el nombre de un nuevo amanecer. Las tierras se abrirán, y desde lo más profundo del fuego creciente, llegará nuestro Señor. Los escépticos caerán de rodillas y deberán ganar el perdón de su nuevo Dios, porque será Satanás quien reinará en este mundo, ¡y será un nuevo despertar! ¡Alabado sea Christopher Bang! El Pastor que guiará a los creyentes a un nuevo mundo, ¡alabado sea! ¡Alabado sea!

Los hermanos Bang crecieron en la tétrica oscuridad de una casa que se caía a pedazos. Siempre se preguntaron cómo las paredes se mantenían de pie, pero nunca en voz alta.

Ellos sabían que eran especiales. Su padre les habia explicado lo que significaba su apellido, y las razones por las cuales estaban en este mundo retorcido. Pronto, los hermanos Bang ya formaban parte de los rituales tras superar exitosamente una misa de iniciación. Eso sólo confirmó que la profecía de los Kim era cierta.

Eran dignos, y serían ellos quienes le dieran paso a Satanás para reinar en el mundo de los vivos... o al menos eso era lo que su padre creía.

Aún así, Chris y sus hermanos eran niños, cuyas almas fueron brutalmente arrebatadas cuando presenciaron y vivieron en carne propia el verdadero infierno.

Vivieron, dentro de esa maldita casa, sucesos tan jodidos que ni el hombre más desarmado del mundo podría siquiera imaginar.

Vivieron, dentro de esa maldita casa, sucesos tan jodidos que ni el hombre más desarmado del mundo podría siquiera imaginar

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ㅤㅤ Había algo nuevo en él.

Era extraña la conexión que sentía. No podía negar que había algo dentro suyo que le llamaba la atención, quizá porque vio algo que no había visto en otra persona antes.

Chris se detuvo en frente suyo y se sentó con las piernas cruzadas en el suelo, analizando su cuerpo de arriba a abajo. Nunca había visto un rostro tan angelical, le daba escalofríos el hecho de que se acercara tanto a la perfección.

Minho entró a la habitación y se quedó de pie en el marco de la puerta. Observó con mala cara a su hermano mayor.

Por dentro se cuestionó si era realmente necesario conservar a Hyunjin, y al instante se arrepintió. No era bueno, bajo ningún término, cuestionar las acciones del líder. Y si Chris decía que Ellos lo habían enviado, entonces así debía ser.

─ La cena está lista. ─soltó.

Chris volteó a verlo y le sonrió.

Ambos tomaron cada extremo de su cuerpo y lo cargaron hasta la sala. Ocuparon sus lugares en la mesa familiar, y como Hyunjin era el invitado de honor, se ubicó en uno de los extremos de la mesa.

Jisung tocó el rostro de Hyunjin repetidas veces con la punta de su dedo índice mientras sus hermanos mayores disfrutaban la carne fresca. Segundos más tarde, finalmente despertó.

Se encontró a sí mismo amordazado, con una cinta sobre sus labios que le impedía emitir cualquier sonido, y naturalmente entró en pánico. Su cuerpo comenzó a temblar de repente, su espalda se cubrió de sudor y su corazón cambió el ritmo a uno mucho más rápido. Sus ojos se abrieron de golpe cuando observó la cena que estaba sobre la mesa, y pronto las lágrimas ya rodaban por sus mejillas.

Unos ojos claros lo observaban fijamente. En su plato había un pedazo de carne (que rogaba que fuera de algún animal) y un par de ojos que definitivamente eran de alguien.

─ Por favor, disfruta la cena. ─dijo Chris, regalándole una sonrisa sincera.

Jisung rió. ─Se llama Felix.

Hyunjin comenzó a llorar desconsoladamente, casi provocando que se ahogara con su propia saliva tras no ser capaz de soltar los sollozos que se tragaba.

Los tres hermanos menores se miraron entre ellos, como si pudieran comunicarse con tan sólo verse a los ojos. Sin saberlo, los tres se hacían exactamente la misma pregunta.

Pero bajaron la mirada y continuaron con la cena. Porque si Chris así lo quería, entonces así sería.

REĎRUMWhere stories live. Discover now