Capítulo 1

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¡Holaaa! Primero que nada, quiero agradecerte por leer Viaje a las estrellas, es una historia que me llena de ilusión y el que hoy estés aquí lo hace aún más especial.

Algo que tienes que saber y cosas que puedes esperar:

- Todos los personajes y situaciones son ficticios, pero, si me inspiraron ciertas características de las personas más importantes en mi vida. Así que quiero dedicarles éste libro, ellos saben quienes son

-Las escenas románticas tardan un poco en llegar... pero valen la pena, te lo aseguro. Cuando llegues a ellas, me encantará saber que team eres, pequeño spolier: hay de donde escoger ;)

-No te prometo que no vas a llorar, pero si que lo terminarás con una sonrisa en tu rostro, con ganas de vivir cada momento al máximo

Por último, quiero que sepas que ya formas parte de esta constelación.

Aquí están tus tres estrellas: ⭐️⭐️⭐️ (cuando llegues al final, sabrás de que hablo) 😏

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Siempre me he considerado una persona de amaneceres. Desde pequeña me levantaba temprano solo para verlos. No importaba el lugar, mis mejores días empezaban así.

Algunas veces los contemplaba sola y otras acompañada, pero sin duda, mi momento favorito era con mi abuelo, siempre tenía algo muy sabio que decir mientras el sol comenzaba a asomarse.

Simplemente hay algo mágico en ellos; El comienzo, optimismo, los colores...esa sensación burbujeante en el cuerpo indicando que inicia una nueva aventura.

La noche, por otro lado, me parece misteriosa, silenciosa y fría. Una vez finalizado el día, cuando los colores vibrantes comienzan a disolverse en ese azul tan caracteristico de la tarde, anunciando que queda poco tiempo y finalmente, cuando el negro se apodera del cielo, todo se calma. Es como si en ese instante toda vulnerabilidad, miedos, sentimientos, secretos y anhelos más profundos salieran a la superficie junto con esa oscuridad infinita.

Sin embargo, gracias a la mayor revelación del cielo nocturno –las estrellas–, esa sensación de vacío e incertidumbre desaparecía y me sentía parte de algo superior. Hoy me pongo a pensar en el escenario tan grande que estos puntos luminosos han jugado en mi vida.

En algún lugar leí que las estrellas que vemos en el cielo realmente nacieron y vivieron hace muchos años, pero es tanta su distancia respecto a la tierra, que la luz que alguna vez desprendieron, viajó por todo el espacio y apenas la podemos ver. No estamos viendo a la estrella en su estado presente, vemos lo que alguna vez fué, ¿Explota tu mente? La mía sí lo hizo.

Ellas han estado siempre ahí. Su luz presenció el primer cuento que mi mamá inventó solo para mí, la primera pelea con mi hermana y nuestra primera reconciliación con una paleta de por medio. Estuvieron ahí en mi primer campamento, mi primer beso y mi primer corazón roto.

También cuando saqué mi primera calificación sobresaliente, bueno... técnicamente sólo pusieron una estrella dorada en el centro de mi frente, pero cuenta.

La mejor de todas, fue la primera vez que volé en un avión por varias horas, estaba sentada junto a la ventanilla con todos a mi alrededor dormidos, la luz se había apagado minutos atrás. Sin esperar ver nada especial, me acerqué para mirar a través de ella y en eso, un grito de asombro apenas audible salió de mi boca. Las estrellas se veían como nunca antes las había visto; eran millones de puntos destellantes, danzando en perfecta armonía y yo me sentía ahí, flotando entre ellas.

Viaje a las estrellasWhere stories live. Discover now