Capítulo 1. - No todo terminó.

4.1K 163 11
                                    

Poché.

—Buenos días Mafe-suegri —Saludé a la mamá de mi esposa con un abrazo y un beso en la mejilla.

—Buenos días mi Majito. ¿Cómo están mis bebés?

—Vueltos locos con el embarazo.

—¿Sólo ellos?

—Yo también —Sonreí. —Ver a Dani así, hace que mi felicidad crezca cada vez más. Y me hace dar cuenta de que todos los días la amo más que el anterior.

—Gracias por amar a mi hija y mis nietos como lo haces. No sé cómo más agradecértelo.

—Me es suficiente con todo el amor y la confianza que han puesto en mí.

—¿Dónde está Dani?

—En fotografía, no sé carajos quería hablar Cosette con ella.

—Esa Cosette, si no fuera por su buen trabajo ya la hubiera regresado a Francia.

—No se cansa de insinuársele a Calle

—Está loca. El otro día escuché que Dani le dice corsé de lechón. —Estalló en carcajadas. —Me recuerda tanto a Calle cuando estaba chiquita, igual de ocurrente y sonriente.

—Ese niño le sacará canas verdes a mi amor.

—Tienes toda la razón.

Una llamada entrante a mi celular interrumpió nuestra conversación, le hice una seña a Mafe para que me diera unos minutos.

La voz de Alba retumbó en mi cabeza una y otra vez con la misma frase, sentí que mi cuerpo se paralizaría en cualquier momento, miré a mi suegra con miedo, colgué la llamada y me quedé callada un momento.

—Llama al colegio por favor y diles que en media hora pasamos por los niños, que ha ocurrido una emergencia.

—Pero ¿Qué pasó? Necesito que te calmes

—El peligro volvió —Mi voz se quebró. —Secuestraron a mi hermanita

Caminé lo más rápido que pude por entre los pasillos de la agencia hasta el piso de fotografía donde se encontraba la oficina de la francesa, no me importaban las miradas curiosas de los demás al verme casi correr. Esa llamada me había dejado muy alarmada, no podía ser real, se supone que hace años todo había terminado ¿Por qué se empeñan en seguir haciéndonos daño?

Ignoré el elevador y aceleré el paso, necesitaba lo antes posible avisarle a mi esposa y aún más importante, ir por nuestros niños al colegio para que estén a salvo.

—¡Señora Garzón! ¡No puede pasar sin autorización! —Ignoré los gritos de la secretaria y entré sin tocar la puerta. Miré a mi esposa sin poder formular una sola palabra, ahora mismo dudaba si decirle o no, no podía permitir que corriera riesgo el embarazo. Se levantó del asiento para acercarse hasta donde yo me encontraba parada bajo el marco de la puerta.

—¿Qué tienes amor? —Tomó mi rostro entre sus manos haciéndome verla directamente a los ojos. La miré por unos segundos más hasta que respondí.

—Secuestraron a Valentina.

No me dio tiempo de decir nada más cuando salió disparada hacia el ascensor con su teléfono en mano, corrí detrás de ella hasta alcanzarla, jalé su brazo haciendo que su cuerpo chocara contra el mío. La estreché entre mis brazos hasta que se tranquilizara.

—Amor, no te alteres, te hace mal por el embarazo.

—Pero Vale...— Asentí acunando su rostro entre mis manos. La relación de mi esposa y hermana con los años se había fortalecido mucho más. Vale suele decir que no hay persona, a aparte de mí, con quien se sienta más segura que con mi esposa. Y para mi esposa, Valentina es su hermanita menor.

La Princesita de Papá: Los Calle Garzón. - Calle y Poché - (SEGUNDA TEMPORADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora