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Title: In Time

Ship: Adrinette

Genre: AU, Romance, Dystopian.

Word Count per chapter: 1,000+

Word Count: 120, 000+ (creo que tiene muchas más, porque si es un fic bien largo jejejeje)

Rating: NC-17

Chapters: 16/36

Beta: Un-betated

Disclaimer: No son míos, si lo fueran, esto sería vídeo!!!

Music: Last Hurrah by Bebe Rexha

Los comentarios, estrellitas, y las galletitas, me hacen feliz.

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Marinette sintió que despertó de un profundo sueño. Un molesto rayo de luz se filtró a través de las cortinas, persistentemente cayendo en sus párpados cerrados. Dormir era un privilegio del cual Marinette se privaba, pero por alguna razón, solo quería enterrarse bajo las reconfortantes cálidas sábanas y no mover ningún músculo.

Pudo sentir cierta calidez en su pecho, como si una pequeña, parpadeante llama estuviera quemando ahí. No dolía, solo estaba ahí, suave y tranquilizadora. Haciendo a Marinette inusualmente perezosa. También se preguntó si lo que sentía era satisfacción. Se preguntó si es así como se sentía la felicidad.

El rayo de luz no pareció ir a ningún lado, y Marinette suspiró resignada abriendo sus ojos — su adormecida mente aún tenía que ponerse al día con ella.

Un bostezo hizo enterrar su cara en la almohada en un intento de esconderlo y frotó su cara contra la suavidad de la tela. Olía a colonia cara y sudor, la esencia era remotamente familiar pero extraña al mismo tiempo, enviando una punzada de claridad que hizo que Marinette recordara los sucesos de la noche anterior sin poder controlar una pequeña sonrisa que se abrió paso en sus labios. Levantó su cabeza de la almohada y pasó una mano a través de su cabello. Necesitaba una ducha, pensó con una mueca de dolor. Estiró sus brazos esperando encontrar un cálido cuerpo a su lado, y en cambio, se encontró con nada más que las sábanas arrugadas.

Con una creciente sensación de inquietud, Marinette se desenredó de ellas, notando su estado de desnudez. Suspiró pasando una mano por su desordenado cabello. Necesitaba urgentemente una ducha, pero primero, debía buscar a Adrian.

Su departamento no es ni por cerca una mansión y si Adrian no se encontraba en la habitación, Marinette lo descubriría pronto. Rápidamente se colocó con un suéter limpio que era dos tallas más grandes — el dobladillo le llegaba a la altura de sus rodillas; era un regalo que recibió de Chloé, en su cumpleaños pasado.

El piso de su habitación estaba sin rastros de ropa esparcida.

Salió de su habitación, mordiendo sus labios cuando la quietud del departamento la saludó. Una fría brisa despeinó su flequillo, la ventana de la cocina se abrió para dejar entrar el viento de la mañana. Cerró la ventana, temblando por la brisa que se coló y que acarició su piel expuesta.

En un débil intento de deshacerse de los escalofríos por la ventisca, frotó sus brazos vigorosamente — Luka siempre le dijo que necesitaba comprar un calentador eléctrico o si no moriría congelada.

El detalle, es que ella no recordaba haber abierto la ventana la noche pasada, pero en realidad no importaba, supuso Marinette.

Dejó escapar un suspiro mientras tomaba asiento en una silla de la pequeña mesa de su cocina.

La pequeña llama de fuego estaba muriendo dentro suyo, porque, así como su cuerpo se iba poniendo más helado con cada minuto, así también estaba sintiéndose muy en el fondo. Todo estaba siendo tragado por un abismo y Marinette sintió los restos de satisfacción, alejándose de ella.

¿Qué se suponía que esperaba? ¿Acaso creyó que Adrian había vuelto porque de verdad comenzaba a gustarle?

Ese pensamiento era ridículo al igual que sus esperanzas elevadas por un chico de la Zona 1, que estúpida e ingenua había sido.

¡Vaya ideas de lo más imposibles!

El enojo hirvió dentro de ella como lava derramada. Lo gracioso era que ese enojo no estaba dirigido a Adrian, sino hacia ella. Enamorarse de un hombre rico de la Zona 1 era una hilarante broma que hacía que escuche una risa saliendo de su boca. Pero Marinette, nunca fue buena mintiendo. Muy difícilmente lograría algo como eso, por ello es que no pudo negar que probablemente tuvo el mejor sexo de su vida la noche anterior. Nunca antes fue sometida a dar mucho placer, placer tan dulce que corría por su sangre como la miel. Además, ella se limitaba a dar a sus clientes un poco de éxtasis sin importarle su propia satisfacción.

Pero... Adrian cuidó de ella, la besó como si quisiera llegar al interior de Marinette y acarició su cabello para calmar el dolor. Esos pequeños gestos, que comúnmente podían pasar desapercibidos, llegaron al corazón de Marinette, revolvieron su interior y la hicieron sentir amada por un instante. Sintió la inefable calidez fluir dentro de ella, llenando sus cavidades, suavizando las arrugas y los daños ocasionados. Fue tan fugaz, tan rápido y suave como un cometa. Ahora ansiaba ese sentimiento, deseaba tenerlo de vuelta una vez más, pero Marinette no se lamentaría y quejaría, simplemente volvería a la realidad, aclararía su mente de la bruma lujuriosa y la sensual atracción.

En este caso, era lo mejor que podía hacer.

Regresó a su habitación, su boca era una fina línea estrecha. El cuarto estaba vacío de cualquier resto que indicara que un hombre estuvo ahí; los trazos de Adrian habían sido completamente borrados y mientras Marinette se sentaba al borde de la cama, pasando su mano sobre las arrugadas sábanas donde Adrian estuvo, se dio cuenta que había un pequeño rastro en el colchón que no había notado, donde el calor aún se aferraba a la tela. Las ganas de presionar su rostro en la calidez de la tela eran fuertes, pero Marinette lo ignoró. Ya no sucumbiría a los deseos tontos, en cambio, se animaría, tomaría una ducha e iría a la ciudad a buscar un cliente nuevo.

Con esta nueva determinación, Marinette cogió una toalla de su armario y se dirigió al baño, encendiendo el grifo. El ruido de las gotas de agua, destelló en las baratas paredes de mármol, creando una distracción de los pensamientos que invadían la mente de Marinette. Se concentró en quitarse el suéter, pararse bajo el agua y cerrar los ojos mientras el agua caliente lavaba el sudor y los restos de la noche anterior.

Marinette decidió que cuando saliera de la ducha, dejaría ir a Adrian, fingiría que nada pasó y continuaría con su vida.

Pensaba en visitar a Luka, tal vez le invitaría una taza de café o té. No había podido verlo en mucho tiempo, debido a sus apretadas agendas y a su tiempo mucho más ajustado. Puede que también invite a Chloé porque quería hacer feliz a Luka, estaba consciente de que, si decidía ignorar a Chloé, Luka la culparía y haría pucheros un buen tiempo. Y un puchero en Luka, nunca era algo bueno.







Continuará...

Vengo y me voy~

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Vengo y me voy~

In Time (Adrinette) +18Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz