Capítulo XX

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Advertencia: Escenas fuertes de violencia.

Quien menos te imagines te traicionará, pero ten por seguro que tarde o temprano las pagara.

Capítulo XX.

Desconocido.

Intento abrir mis ojos pero no puedo, una venda lo impide, intento quitarla pero mis brazos están amarrados a lo que al parecer es una silla.

—¿Quien eres?  —pregunto al recordar el golpe en mi cabeza.

No escucho respuesta pero si unos pasos acercarse a mi, intento moverme pero al parecer también mis piernas y torzo están amarrados, el sujeto me agarra de mi cabello y con su mano libre toma mi cuello para apretarlo.

—Sueltame maldito—pido al notar que la mano es de un hombre.

Se ríe, suelta su risa lo más duro posible, intento recordar a alguien con esa risa pero no llega nadie a mi mente,  de repente deja de reírse y siento que se aleja.

—¿A donde vas? No me dejes aquí, sueltame.

Siento que sus pasos se detienen pero sigue sin decir alguna palabra, vuelvo a intentar moverme y apenas lo hago escucho un ruido, agudizó mi oído y según el sonido, esta revisando algunos utensilios.

—Te doy dinero—propongo y se detiene—. Si me sueltas te daré mucho dinero.

Vuelve a soltar una risa leve y sigue con su búsqueda, parece encontrar lo que buscaba y vuelve a caminar hacia mi, me alarmó y empiezo a moverme con más fuerza haciendo que la silla se voltee y me golpee la cabeza, los pasos se detiene y siento como me la venta junto a la silla, debe de ser alguien muy fuerte.

—¿Que me vas hacer? ¿Quien eres? —interrogo pero sigo sin obtener una respuesta.

De repente siento que agarra mi cabello  y pone algo afilado en mi cuello, mi corazón empieza a latir rápido y él parece sentirlo porque presiona más fuerte.

—Detente por favor, no me hagas daño. —suplico.

Presiona más mi cuello con lo que al parecer es un cuchillo, mi piel no resiste más y siento que sale sangre.

—¡Eres un maldito!—grito al sentir que se aleja.

—¡Deja que me suelte te voy a matar! —amenazo en voz alta para que me escuche.

Sus pisadas se acercan a mi cada vez más rápido y de repente siento un golpe en mi cara que me hace quejar del dolor.

—Idiota no importa que me hagas, te voy a matar—mascullo para después escupir la sangre de mi boca.

Empieza a caminar otra vez pero esta vez hacia mi izquierda, abre lo que parece una llave y comienza a caer agua, la escucho por un monto hasta que la cierra, vuelven a escucharse sus pisadas y esta vez se dirige a mi derecha.

—¿Que quieres? Te puedo ofrecer lo que quieras, dinero, negocios, propiedades, personas o tal vez drogas. —No escucho nada—. Tú elige y te lo daré enseguida, pero déjame ir, prometo no decirle a nadie.

Entre demonios Where stories live. Discover now