地獄少女 [Tokyo Revengers]

Que linda muñeca y ¡Es ella!

Residencia de la familia Sano. 3:00 am.

En los oscuros pasillos del dojo familia yacía Ai, caminando tranquilamente vestida con un hermoso kimono negro, adornado de un cuidadoso bordado de flores.

'Tengo hambre'

Sus pequeños pies la llevaron hacia la cocina, se preparo un pequeño refrigerio y volvió a los desolados pasillos. No deseaba encender las luces, pues temía despertar a sus hermanos y abuelo.

Regreso a su habitación con la espera de volver a dormir. Los amigos de Manjirou llegarían en unas horas y se le había prohibido salir de noche, por lo que no tenía con qué más divertirse.

Sin saber que en el pasillo había dejado a un Shinichiro temblando de miedo, al verla aparecer y desaparecer de la nada.

'Abuelo....tengo miedo'
No fue hasta que el sol salió, que el mayor pudo moverse de su lugar.

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-Uwa~ La casa de Mikey si que es grande.- Los gemelos Kawata observaban con emoción la casa de su líder.

Los capitanes de cada división habían quedado en juntarse en la casa del rubio más bajo, la temporada de exámenes se acercaba y los menores les pidieron ayuda a los amigos del nieto Mayor.

-¿Que sucede, Mitsuya? Hace días que estas raro- Draken extrañado por el comportamiento de su gemelo dragón, decide preguntarle directamente. El de cabellos morados vigilaba cada paso y sonido que estaba a su alrededor, esto comenzó después de haberlo hallado desmayado en el templo.

-A-Ah...eso.-

-¿Es por lo del templo? Debes de saber que esas cosas no existen.- Baji se río de la cara azul de su amigo.

-...Lo que vi esa noche...fue tan real como la obsesión de Mikey con los Taiyaki.- De solo recordarlo se le ponían los pelos de punta.

-¡Vamos! Hombre, no seas un miedoso.- Mientras Baji y Mitsuya discutían, Draken pensaba en lo que había visto el futuro diseñador. Tenia la certeza de que este no mentía, su hermano de tatuaje no se asustaba, menos se desmayaba por cosas sin sentido.

-¡Bien! A estudiar.- Shinichiro y Takeomi llamaron la atención de los siete.

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Después de tres largas horas, los mayores les dieron un descanso.
Lo que les dio tiempo para divertirse un rato, entre todos decidieron en investigar la casa de su Líder y tratar de calmar a la Mamá del grupo.

-No estoy seguro.- Y de verdad que no lo estaba, no era educado registrar casas ajenas.

-No seas un gallina. No pasará nada.- Oh Baji cuan equivocado estabas.

Caminaron por los alrededores cuando de pronto encontraron un pasillo bastante viejo y oscuro este conducía a una puerta, alejado de los demás cuartos.

-¡Entremos!-
Los gemelos fueron los primeros en pasar.

-¡Esperen!- Mientras más avanzaban más se hacia pesado el aire, la puerta se alejaba más y más, no podían alcanzarla.
-C-Creo que deberíamos de regresar.- A Takashi no le gustaba esa sensación, le recordaba a esa noche en el templo.

-No....No creo que nada malo pase.- Con valentía, Keisuke, abrió la puerta, era una habitación típica japonesa, en ella se encontraba...

-¡Oigan miren! Esta muñeca es linda.- Con delicadeza Souya levanto a la figura.