地獄少女 [Tokyo Revengers]

¡Secuestro!

Residencia Hanagaki. Habitación del hijo. 13:56 pm.

—¿Ta-Takemichi?—

—¿Si? Akkun—

—¿Q-Q-Quien es e-e-ella?— La pandilla Mizo había quedado en la casa del rubio teñido para pasar el rato, lo que no esperaban era ver al de ojos azules con una hermosa y espeluznante niña, sentada en la orilla de la ventana, observando fijamente todo lo que sucedía afuera.

—A-Ah, verán.....— Comenzó a explicar la rara situación a sus queridos amigos.

—¿¡Es la hermana de Mikey-kun!?— Gritaron asombrados, esto atrajo la atención de Ai, quien se acercó sigilosamente al pequeño grupo.

—¡Shh!— Los calló de inmediato, no quería que la pequeña se llevara una mala impresión de él. Debía de salvarla a toda costa, su futuro......no dejaría que pasara, no puede permitírselo.

—¿Quienes son ustedes?— La suave voz los asusto, provocando que saltaran de sus asientos.

—A-Ai-chan, ellos son mis amigos.— Después de las presentaciones decidieron salir a dar una vuelta.

—....Y dime, Ai-chan ¿Que te gusta hacer?— Akkun le pregunto a la de uniforme marinero.

—...Pasear...., los Momomanju y.....el té.—Respondió mirando atentamente como Yamagushi y Makoto intentaban entablar una conversación con un grupo de mujeres.

—Y-Ya veo.— Observo el área y sujeto la pequeña mano llevándola a la pastelería más cercana.
—Aquí, puedes comerlos.— En la pequeña bolsa habían cuatro Momomanju.

—...Gracias.— Avergonzada desvío la mirada.

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La Mizo gang disfrutaba el resto de la tarde mientras conversaban de diversas anécdotas, Olvidándose de la niña a la que cuidaban, para cuando se dieron cuenta había sido demasiado tarde.

—¡¡No está!!—

—¡¡Busquenla!!—

—¡¡Ven aquí Ai-chan!!—

—¡¡Mikey-kun, me matará!!—

Por otro lado la menor caminaba por las transcurridas calles del Mall, atrayendo las miradas sorprendidas y temerosas de los transeúntes.

—¿Estas perdida, pequeña?— Sano Ai dirigió sus ojos al extraño, tenía cabellos blancos y unos extravagantes ojos morados, le recordaron a aquel peresozo amigo de su hermano.

—...Si.—

—¿Que sucede, Izana?— Un joven de ojos bicolor preguntó, pensando lo peor, Kurokawa nunca se intereso por los niños y su imaginación creaba la peligrosa escena de el moreno intimidando y secuestrando a la pequeña.

—Está niña esta perdida.—

—Oh....¿Donde fue la última vez que viste a tus padres?—

—...No.....Padre se fue y Madre......descansa en paz.—
Su respuesta sorprendió a los mayores, comenzaron a sentir lástima por la más baja, no podían creer lo irresponsables que eran los adultos, dejando huérfana a esa indefensa criatura, por lo que planearon que harían con ella. Ai no entendía los murmullos de los desconocidos, ella solo quería volver con el abuelo.

—¡Esta decidido, vendrás con nosotros!— Ambos hermanos de otra madre concordaron en criarla y protegerla, en sus pensamientos ya habían pasado veinte años con la de cabellos negros, sus quince años, su graduación, su primer trabajo, su primer corazón roto, hasta su boda y una visión de ellos ya ancianos dando sus últimas palabras.

'Abuelo...quiero ir a casa'

Los civiles observaron como la niña era raptada por unos intimidantes pandilleros, por lo que rápidamente llamaron a las autoridades, notificando el secuestro.

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—¿Por qué presiento que me olvide de algo?— El capitán de la Tokyo Manji Gang yacía en casa, descansando en el dojo familiar a la espera de la cena.
—Mmm.....bueno, no importa.— Sin más estiro sus extremidades y volvió a dormir.

—¡Mikey!¡La cena esta lista!— Emma grito desde la cocina. La familia se sentó y comenzó con su comida.

—¿Hm?.....mocosos.— El tono frío y enojado del anciano asusto y alertó a los menores.

—¿Q-Que sucede, abuelo?—

—¿Donde....?......¿¡Donde esta mi preciosa y linda Ai-chan!?—
Los tres saltaron de sus asientos ante el arrebato del Patriarca de la casa.

—....—

—¿Mikey?— El pandillero evito los furiosos ojos de su hermana menor.
—¿Donde....esta.....Ai-chan?—

—....No se.— Con su respuesta se desató el infierno.

—¿¡¡Como que no lo sabes!!?..... ¡¡Solo una vez, Manjirou!!.....¡¡Una vez que la dejo a tu cuidado y la pierdes!!.....¿¡Que tan difícil es cuidar de ti hermana menor!?—

—....Ah...esta con Takemicchi.—Con rapidez marco al mencionado, solo para escuchar varias disculpas del teñido diciendo haberla perdido. Sano Manjirou comenzó a sudar frío.
—I-Ire....a buscarla...He he he— Como un rayo despareció de la casa, dejando a un euforico anciano y a unos preocupados hermanos quienes no dudaron en salir a las calles en busca de la menor.

'¿¡Donde estas, Ai-chan!?'

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Mientras tanto, la menor de los Sano viajaba de la mano de dos intimidantes muchachos, quienes no la perdían de vista por nada en el mundo.

—¡Ah!...Mira, Ai-chan. Fuegos artificiales.— Izana estaba feliz, no sabía por qué, pero no quería dejar a esa niña.

'Abuelo....Ai fue secuestrada'