Capítulo 7

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Ya terminado el fin de semana, es día de clases otra vez, así que me levanto temprano y como tengo acostumbrado hacer, me arreglo para irme a estudiar. Salgo de la habitación y me encuentro con Jade.

— Hasta que al fin te dignas a esperarme— me dice.

    Su habitación está cerca de la mía, en realidad todas las de las chicas están unidas, pero siempre me voy antes, Jade se tarda mucho para todo, no puedo esperarla y llegar tarde. No quiero que me llamen la atención.

— Si te digo la verdad no te estaba esperando, solo fue casualidad que nos viéramos.

— Vaya eres muy mala —se hace la dolida— rompes mi corazón.

      Me río de su dramatismo —Anda, vámonos ya— y me la llevo del brazo.

    Toda la mañana pasó volando, esta vez me había gustado la clase, fue entretenida y nos mandaron de tarea hacer un pequeño reportaje sobre nuestro tema favorito, estoy emocionada.

   Nos encontrabámos en la cafetería, estaba como de costumbre comiendo un sándwich, no sé por qué me gustan tanto, al lado mío estaba Oliver, y al frente de nosotros Jade y Fátima. Pero de nuevo fui interrumpida por la rubia del otro día, esta chica es molesta, ¿que tiene en contra de mi almuerzo?, siempre llega en el momento oportuno. Se queda de pie a mi lado así que levanto la mirada:

—¿Que quieres?

— Creo que ya sabes lo que quiero— me dijo muy seria— espero que no sea verdad eso de que sales con Lucas.

     ¿Es en serio? ¿No le da vergüenza reclamar? Me levanto para estar a su altura y la miro a los ojos:

— ¿Y que si lo hago?

— Ahora sí creo que te has vuelto loca— se veía furiosa y lo estaba, porque levantó mucho la voz— ¿¡¡crees que se va a fijar en tí!!? ¿Una pobre muchacha que viene a estudiar por ganarse una beca y no porque sus padres tengan dinero para pagar la matrícula?

   Tengo que admitir que eso me dolió, y me molestó bastante, odio que se metan con mi familia. Todas las miradas estaban sobre nosotras, agradezco que Lucas no estuviera en este momento porque sería mucho más vergonzoso.

    Nunca he sabido controlar mis impulsos, así que tomé un vaso de agua que estaba sobre la mesa y se la lancé a la cara, sabía que pronto me arrepentiría pero no me importó. La cafetería entera estaba en silencio.

— ¿Que has hecho?— ahora sí estaba muy enfadada— Esto no se va a quedar así ya verás.

    Me quedé de pie viendo como se iba muy molesta.

—¡¡Eso fue genial, se lo merecía!!— Jade se levanta del asiento aplaudiendo y riendo.

— Yo que tú, no estuviera tan tranquila— dirigí esta vez la mirada a Fátima que estaba removiendo su jugo — Amalia no se quedará de brazos cruzados. ¿Y si te acusa con su madre?

     Suspiré y me fui de allí, ya estaba bastante frustrada y sentía las miradas de los que quedaban en la cafetería sobre mi.

   El resto del día estaba pasando raramente bien, no vi más a la tal Amalia. Hasta que en el cambio de turno, me mandó a buscar la directora de la escuela y entré en pánico, no quiero tener una mancha en mi expediente por pelear con la hija de la directora. ¿A qué ahora no eres tan valiente Kata? 

   Entré a su despacho, todo era gris y muy bien decorado, sin mencionar que era enorme. A mi izquierda había una estantería repleta de libros y frente al buró de la directora, dos sillas.

—Ah, ¿Kata? Puedes sentarte— me dijo una señora de unos 40 años muy bien vestida señalando una de las sillas.

—Gracias—tomé asiento mientras ella continuó hablando.

—Según he oído te peleaste con una alumna.

— Lo siento señora, no volverá a pasar— dije apenada y mirando mis manos que jugaban con la falda que tenía puesta.

— Eso espero. No quiero arruinar tu expediente por algo sencillo, sé que en el poco tiempo que llevas estudiando aquí has sido muy ejemplar. Así que solo te pondré un castigo. Hoy te quedarás después de clases para limpiar la biblioteca. Ya puedes irte.

     Genial, no puedo creerlo, castigada. Al salir de la dirección me encuentro a Lucas de pie frente a la puerta y me sorprende pues no esperaba verlo.

  —¿Qué te han dicho?

—Em, me han puesto un castigo, tengo que quedarme a limpiar esta tarde. Pero, ¿que haces aquí?

— Todos están diciendo que tuviste una pelea con Amalia y que fue mi culpa, ¿es verdad?

— No, claro que no—Dije moviendo mis manos con desespero— Bueno sí, pero no fue tu culpa. Ella es simplemente insoportable así que no tienes que culparte.

     Se quedó callado un momento, como si estuviera pensando hasta que habló:

— Me quedaré contigo a limpiar.

— ¿Eh?

— No tengo nada que hacer, además me sentiría culpable. Ya está decidido.

— Está bien, nos vemos en la biblioteca al terminar las clases— vaya eso sonó raro— para limpiar, quise decir.

    Se va sonriendo y moviendo la cabeza de un lado al otro.

    Espera un momento, ahora que lo pienso, ¿me voy a quedar sola con Lucas? El nerviosismo empieza a apoderarse de mí, espero no hacer ni decir nada vergonzoso.


N/A
Hola😀. ¿Qué les pareció este capítulo?
No sé a ustedes, pero a mí Amalia me pone nerviosa💆🏼‍♀️.
Ah, y vamos a ver como le va a Kata en su castigo 🤭🙃

Los muros del amor [EN CURSO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora