KIM SEOKJIN (LIBRO 1)

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Seokjin no pasó mucho tiempo en el escritorio de William. Vio las fotos colocadas en la mesa y tomó la que tenía el nombre de Wooyoung en ella. Mientras que conducía al aeropuerto parecía que mariposas atacaban su estómago, haciendo que se sintiera mareado y nervioso. Ahora que estaba dentro de la terminal, puso su pie abajo y miró la foto. 

El hombre era un vaquero, sentado en la cima de un gran tractor viejo. Seokjin no tenía ninguna duda de que encajaría bien. El pelo rubio podía ser visto bajo el sombrero de vaquero de paja. El aeropuerto no estaba Muy lleno, así que estaba seguro de que no tendría problemas para reconocer al otro hombre. Su teléfono empezó a sonar y Seokjin sonrió al recogerlo del bolsillo. Mirando la pantalla, quedó decepcionado cuando vio que era del trabajo. 

― Hola ―. Dijo, y se recostó en su silla. Puso la imagen de Wooyoung en su muslo y miró hacia la puerta, esperando que el hombre aparezca. 

― Hey. ― John, su amigo y compañero de trabajo dijo, despejando la garganta. ― Vuelves a la oficina? 

― No, estoy usando mi tiempo de vacaciones. Estoy en Colorado… Cosas de familia. ― Seokjin no quiso revelar sus problemas familiares. Lo último que quería era cualquier tipo de chismes en la oficina. Hizo su mejor esfuerzo para mantener su vida personal separada de su vida profesional. 

― Acabo de salir de una reunión. El señor Braxton está usando tu proyecto de esquema para el museo. ― John le dijo. 

― Dios mío. De verdad? ― Seokjin se sentó. 

No podía creer su suerte. Este fue un evento de cambio en su vida. Sus sueños de convertirse en un arquitecto se estaban convirtiendo oficialmente en realidad. La oficina que había soñado sería realmente suya. 

― Yo quería que fuera una buena noticia, hombre. ― Hubo una pausa y el pelo de la nuca de Seokjin se erizó. ― Uno de los miembros tomó el crédito por tu trabajo. ― Bajó la voz a un susurro. ― Infierno, el asistente perra está empacando tu cubículo en este momento. 

― Qué! ― Seokjin saltó. 

Su corazón se cayó y comenzó a subirle la bilis en la garganta. Iba a Ponerse enfermo. Su idea, el proyecto en que había estado trabajando, Otra persona lo reclamó como propio. Un compañero, ni menos. ¿Quién creería en un arquitecto de cubículo? ¿Había algo que él pudiera hacer?

Paseando por la terminal, trataba de pensar. 

― Fue una reunión improvisada. Fuimos llamados a la gran sala de conferencias. Mr. Braxton comenzó a hablar de la oferta ganadora, y yo sabía que era tu trabajo. Traté de decir algo, pero… ― Suspiró. ― Lo siento mucho. 

― Y ahora perdí mi trabajo? ― Seokjin se sorprendió. 

Alguien estaba robando su idea y encima de todo esto, estaba siendo despedido. ¿Qué carajo? ¿Cómo puede hacer una empresa algo así y salirse con la suya? 

― No lo sé. Supongo que sí, ya que todo en tu escritorio se está embalando en una caja de cartón. ― John susurró, y Seokjin estaba por lo menos agradecido de que alguien estaba de su lado. 

― No puedo creerlo. ― Se pasó una mano por la cara. ― Supongo que te debo las gracias por llamarme. 

Quería gritar y maldecir, pero jugando su ira y frustración en John no iba a cambiar los hechos. La compañía había sido leal por años, pero acabó de joderlo en el peor sentido de la palabra. 

― Es mejor que corte. Si necesitas algo, estoy aquí para ti. ― John parecía sincero. 

― Sí, gracias. ― Seokjin colgó.