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|Capítulo 44|
Como una dulce melodía atascada en su cabeza, estaban las palabras, una y otra vez repitiéndose... 'Tony, también te extrañé' había dicho ella, algo renuente y desviando la mirada, como si no debiera decirlo, pero apenas la escuchó, sintió que algo de esperanza le llenaba el pecho y una pequeña sonrisa se formara en sus labios cuando las puertas del elevador se cerraron.
Tenía novio... o al menos eso creía él y aunque su cerebro le decía que ese imbécil no significaba nada y que podría arrollarlo con auto en cualquier instante, intentó mantenerse centrado, siendo tan civilizado como lo había sido hasta ahora pero demonios... cada vez que la veía, se daba cuenta de que no había sentido algo así por alguna otra persona.
Quién había sido tan cercana a él todo este tiempo había sido Pepper y adoraba a Pepper, le brindaba confort, entendimiento, estimaba a Pepper muchísimo aún después de tantos tiempo y seguían en contacto, eran buenos amigos... pero no la amaba... no de esa manera.
Mierda... puede que no solo quisiera a ________, que no solamente la extrañara, existía la posibilidad de que la amara por completo, aunque nunca jamás se había atrevido a decírselo.
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No quería hacerlo pero, no podía evitar que Tony me hiciera sentir de esta manera, solo lo había visto por un par de minutos y aún así había hecho que el mundo me diera vueltas con una simple mirada, con una leve sonrisa y un par de palabras, estaba claro que aunque intentara mantenerme lo más neutral posible cuando estaba con él, eso no iba a durar demasiado tiempo. Tomé una bocanada de aire antes de girar la perilla de la puerta de la entrada de mi departamento, recordando que Barnes seguía ahí.
Entré de vuelta para encontrarme con un hombre con rostro de completo shock y angustia que me estaba esperando, estaba sentado en la sala mirando al infinito como si no comprendiera nada del universo en lo absoluto.
-... dime que ese no es el Tony que creo que era... -. Murmuró sin mirarme -Puede ser alguien con la voz increíblemente parecida, que además me conoce... es imposible que Stark y tú... no... -. Estaba hablando consigo mismo, creando todas las teorías posibles en su cabeza que se pudieran alejar de la obvia realidad en negación a lo que realmente pasaba; yo en cambio fui a sentarme a su lado aunque él no reaccionó al instante.
-Avísame cuando tu cerebro deje de derretirse -. Comenté en broma, dándole un empujón y al fin me miró a la cara.
-Es... ¿En serio?-. Preguntó entonces señalándome a mí y la puerta como si de un fantasma se tratara y yo asentí -Es mayor que tú... -. Me dijo inmediatamente siendo sobreprotector como si no hubiera podido averiguar eso yo misma.
-Lo sé, anciano ¿Te recuerdo cuántos años tienes tú? -. Inquirí desafiandolo un poco y él se levantó de donde estaba para comenzar a caminar alrededor de la habitación de un lado al otro.
