Prólogo

195 29 32
                                    

Está todo bien ¿Cierto?
_________________________________

—Buenos días Tēn-chan —dijo Izuku y sonrió a su pareja, quien yace acostada semidormida.

—Buenos días Izu ¿Dormiste bien? —respondió. Se sentó en la cama y busco sus lentes.

—Dormí bien ¿Y tú? ¿Hoy irás a trabajar, verdad? —preguntó el menor, observando como su pareja ahora con sus lentes puestos se dirigía afuera de la habitación.

—Así es... Lamento dejarte solo y más en estás fechas. —Volteó a verlo, aunque ambos tenían una expresión neutral se podía sentir la tensión, ambigua y fácil de romper.

—No hay problema, ve y salva a muchas personas, te amo —Respondió y aligeró el ambiente con una sonrisa. Iida se acercó y le dió un cortó beso en la mejilla, no sin antes corresponderle y responder —Yo también.

El de ojos verdes observó el reloj de su celular, indicado las seis de la mañana, y con algo de pesadez se acurrucó entre las sábanas para dormir de nuevo, escuchando por unos pocos minutos como su pareja hacía el desayuno y cerraba la puerta de la casa con cuidado.

Así eran la mayoría de las mañanas, esa tensión siempre se cargaba.
_________________________________

—¿Cómo van las cosas con tu Omega, Tenya? —Preguntó el padre del mencionado, mientras bebía lo que parecía ser vino en una copa.

—Con todo respeto, padre, agradecería que no tomarás las cosas que están en mi oficina —Respondió y se sentó en la silla de su escritorio, ignoró una invitación a tomar vino del mayor y se encargó de leer algunos papeles importantes.

_No me ignores Iida Tenya —dijo molestó, al notar la clara ignorancia de su hijo.

—Sabés que no tomó a estás horas. —Dejo de ver los papeles y le miró a los ojos, con molestia compartida.

—No me refiero a eso ¿Crees que no lo sé? Tú y tu Omega no tendrán hijos ¿Estás conciente de tu decisión? Últimamente haz perdido tu gracia —Habló con voz fuerte y dominante, a pesar de que en la familia Iida la mayoría eran Beta, tenían un gran dominio sobre todas las razas debido a su educación.

—No fue mi decisión, Izuku lo quiso así y así será —Respondió. Se levantó y fue hacía la puerta, con su brazo extendido mirando así su padre, habló: —Si no vienes por cuestiones de trabajo, te invito a retirarte y dejarme trabajar sin interrupciones, de lo contrario mi esfuerzo se verá afectado.

—Eres muy astuto hijo mío, pero no te salvarás, nos vemos a la hora del almuerzo en el restaurante de siempre, si no asistes voy a reconsiderar tu puesto en está agencia —Amenazó. Se levantó de su asiento enfrente del escritorio y fue a la puerta dónde Tenya le esperaba para finalmente cerrar la puerta, sin embargó, el mayor susurro en su oído antes de irse —Enseñale a ese Omega quien tiene el control.

Cuando el joven Iida al fin consiguió que se fuera, se tumbo al sillón de aquella oficina y tensó sus puños, rompiendo la copa de vino que tomaba su padre.

No era la primera vez que le amenazaba, no le importaba en lo absoluto, pero ahora, entró a un terreno que no lo corresponde: Su preciado Omega.

—¿Estás seguro Deku-kun? —Preguntó su amiga Omega castaña al otro lado de la línea del celular.

—¡Seguro! No me pasará nada, no te preocupes, aún no hay ningún síntoma de mi celo —Respondió alegré dando saltitos. Caminaba a la agencia Iida para darle una bento que el mismo preparó a su amado Beta.

𝘿𝙚𝙟𝙖𝙙𝙚𝙯//Iideku/(Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora