•01• Hermoso prado

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Dedicado a RociioBrero se me había olvidado, lo siento :3
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Todo el reino de Gong era completamente diferente a mi reino natal, Daechiu. Este extenso territorio, uno de los más grandes, era predominante del verde, las casas, si no eran verdes completas tenían algún detalle de este color, las calles y los ciudadanos relucian a la luz tal detalle que me hizo pensar que esto era fácilmente comparado a un patrón dónde todos lo seguían. Sin embargo en Daechiu predominaba más los colores cálidos, e incluso nuestra época favorita era el otoño, pues daba con todo explendor aquellos colores abrazadores, rojo, naranja y amarillo.

Si, este no era mi hogar, se podía decir que era una extranjera de visita. Hace alrededor de dos años no podía visitar a mi otra familia de Gong.

Pero por fin estoy aquí. Cogida de el brazo por mi prima mientras me enseñada todo el lugar por enésima vez, al parecer ella no podía entender que me sabía casi todos los lugares de memoria.

– Soohyun, ¿sabes qué todos los años me haces el mismo recorrido? Ya me lo sé de memoria. –interrumpo a mi prima hablando de como el señor de la casa anterior a la que habíamos pasado se quedó calvo–

Me miró. – Te podrás saber los caminos de memorias, pero en dos años pasan muchas cosas, entre ellas cambios. Mira, ¿vez esa casa que está allí? –señaló a lo lejos una casa, una simple casa–

– Ujum. –hice un sonido con mi boca en señal de afirmación–

– Pues hace dos años esa casa estaba pintada de verde esmeralda, y ahora está pintada de verde oscuro. –dice como si eso fuera un dato filosófico de alto rango–

Bufé– Wow, pero que cambio.

– En fin, seguimos caminando. –me jaló del brazo pero al instante se detuvo de un solo golpe– Espera, mi padre me dijo que hiciera algo... ¿Qué era?

Y por supuesto, una de las características más resaltantes de Lee Soohyun era ser olvidadiza, muy olvidadiza.

– ¿Y ahora que hago? tomó su cabello y lo removió con desespero–

Eso le pasa por ser tan despistada.

– Me van a matar. -se mordió una de sus uñas– ¡Oh! –saltó de repente– Creo que ya sé que es.

– ¿Qué? –inquirí con burla porque se que tal vez no lo descubra hasta que se lo vuelva a preguntar a mi tío, el señor Lee–

– ¡Ah! Me mando a buscar los vestidos que le había mandado hacer a la señorita Beng. –abrió los ojos con desesperación– Mierda.

– No digas groserías. –le regañé–

– Unni, tu las dices todo el tiempo. Hasta la que nunca había escuchado. –me echa en cara todas esas veces dónde las palabra se me van descaradamente–

Toso fasalmente– Las digo sin querer. –me encojo de hombros– Además soy mayor que tú.

– Como sea. –le resta importancia. Mira hacia al cielo por unos segundos– Por lo que veo ya es medio día. Me voy antes de que me maten. –me da la espalda y empieza a correr, pero de repente se detiene en seco y vuelve hacía mi– Unni, necesito que recogas algunas hierbas medicinales. –me da la cesta con la que estubo todo este tiempo en su mano izquierda, me preguntaba porque la tenía encima– Yo iré a buscar eso. –camina otra vez pero se vuelve a detener para regresar a mi– Por cierto, –me toma de los hombros– para entrar al prado donde están las hierbas debes de tomar por el camino de la derecha, no tomes por el de la izquierda si no quieres pagar más cien pepitas de oro. –me alertó apuntandome con su dedo–

Príncipe Caprichoso •|KTH|• [+18] [EN PROCESO]Where stories live. Discover now