Mirage of the fall.

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Chambers se acercó al marco de la entrada para hablar con Liv, quien parecía preocupada por el ser que se recuperaba en la camilla.

–El organismo humano es el que estará estable. No sabemos si el Cadou terminará de alimentarse de él o la misma mutomiceta consumirá sus tejidos adiposos. Observa como su apariencia está cambiando. –Dijo la mujer de cabello corto y facciones delicadas.

Recordó la complexión del hombre que era adecuada a un adulto de mediana edad junto a sus depósitos de tejido graso localizados en el área abdominal, espalda, muslos y cadera; parámetros normales en el límite del sobrepeso.

El paciente comenzaba a mostrar cambios físicos como si el mismo organismo estuviera consumiendo su cuerpo dejando únicamente visibles los músculos del inconsciente hombre.

–Estoy exhausta, no puedo imaginar cómo debes sentirte. –Dijo la experta en el reino fungi. –Y eso que solo estuve asistiendo.

–Cuando se trata de una situación así, es imprescindible actuar agotando todas las herramientas para poder salvar una vida, no importa el tiempo o lo cansado que sea. –Explicó. –Simplemente se debe hacer lo que es correcto.

Era tan cálida y ordenada al despejar cualquier duda de sus subordinados, eso no había cambiado desde que habían comenzado a trabajar a distancia. Rebecca Chambers era admirable.

–Parece que ese hombre acaba de ganarse una segunda oportunidad para vivir. –Dijo el agente líder de la misión. –¿Ahora podría tener una puta explicación de todo esto? –Preguntó irritado al momento de cerrar la puerta de la cabaña. –¿Qué mierdas es este lugar? ¿Cuánto tiempo llevan adecuando esta cabaña para su investigación? ¿Qué demonios tienen que ver con Chris Redfield?

Rebecca dirigió su andar para encontrarse con el italiano.

–Disculpe la manera en que interrumpimos su misión. Soy Rebecca Chambers, virologa y médico militar quien trabaja para la BSAA como consultora.

Liv dió espacio a los agentes de mayor rango entrando a la habitación donde el paciente se recuperaba y aparentar revisar el capnógrafo.

–Y esposa de Chris Redfield, sabe perfectamente que su estadía complica la situación laboral de su esposo.

Elizabeth por el contrario y siendo afectada por el cansancio interrumpió sin parecer afectada por su mal comportamiento.

–Permiso, soy la doctora Attenborough y le daria la mano, pero necesito con urgencia tomar un baño.–Declaró la rubia al estar frente al militar y quedar bajo las escaleras de segundo piso. –Pasamos más de seis horas tratando de estabilizar a la Bow que claramente hubiera muerto bajo sus cuidados.

Luciani cambió el semblante sereno a uno de clara frustración y enojo.

–Por respeto a mi trabajo, la organización y mi equipo, espero una explicación ante tal insubordinación. –Dijo en tono autoritario. –O de lo contrario serán puestas bajo arresto si creo necesario dar la orden de su captura.

–Tienes todo el derecho de sentirte así y créeme, no nos iremos hasta aclarar la situación. Estaremos dispuestas a declarar o llevar una auditoría con las autoridades correspondientes. –Trató de negociar la virología. –No venimos a causar más problemas, solo queremos ayudar.

Jill bajó de las escaleras aun con una toalla en la cabeza, parecía que todos los soldados parte de la misión de Parker habían tomado la decisión de asearse debido a las condiciones poco favorables a la hora de rescatar al sobreviviente.

–Debes discutir conmigo, acepté la misión con la única finalidad de ayudar a Rebecca para encontrar a Chris. – Dijo la ex agente de la BSAA.

–Jill, es decepcionante lo que hiciste. –Declaró Parker.

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