CAPITULO 25

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He tenido que escucharla por la pasada media hora contarme sus estúpidos planes. En serio está enferma si cree que nos vamos a ir a otro estado y casarnos solo por amenazar mi vida. Estoy segura de que antes de llegar una de las dos va a morir, pero no pienso hacer lo que dice por sus amenazas.

Y así pasa una semana y media en este lugar. No pienses que no he hecho nada para intentar salir, un día de estos me encargué de reventarle la jarra del agua en la cabeza al tipo que entro a dejarla, pero eso únicamente causó que me intentara asfixiar y me diera un golpe, y que ahora solo traigan agua en jarras de plástico, igual que el plato y las cucharas.

Estando media dormida, después de llorar fantaseando mi vida perfecta con Jef escucho un ruido muy fuerte en algún sitio de la casa y cuando menos me lo espero la puerta se abre de golpe dejando ver a un tipo con un arma.

No reacciono, me quedo estática sin saber como actuar o que debería hacer. Tratar de convencerme a mí todos estos días que solo es uno de mis sueños hiperrealistas me ha dejado completamente desgastada divagando en universos alternos de mi imaginación donde un clon mío está viviendo mi actual vida con Jef y que mi consciencia fue transferida a otra versión mía destinada a sufrir. Todo estaba yendo demasiado bien, es lo que creo. Tanta felicidad junta para una persona cuando hay muchas otras sufriendo o tristes, era tiempo de cambiar un poco las cosas para dar un poco de balance. Ya ni siquiera sé que estoy pensando.

El sujeto llama a alguien más por radio y minutos después están bajándome por las escaleras en una camilla. En algún punto me duermo, mi organismo está colapsando por alguna razón, por lo tanto, necesito descansar como si no lo hubiera hecho en meses.

-No hagan ruido, está dormida y debe recuperarse. -Escucho a lo lejos.

Lentamente, abro los ojos acostumbrando mis pupilas a la luz del lugar. Lo primero que veo es el techo del hospital, mi cerebro, probablemente drogado con medicamentos bromea respecto a que es la segunda vez que me encuentro en una camilla de hospital.

-Hey... -Escucho el susurro de alguien al acercarse.

-Mom... -Susurro de vuelta.

Mis padres están muy felices de verme. Les tranquilizo diciendo que ya estoy de vuelta y que no planeo irme nuevamente, a ellos no les gusta mucho mi broma, pero tratan de sonreír un poco. Minutos después se despiden para hacer entrar a Jefnier porque según ellos casi se muere en mi ausencia. Que son unos exagerados, no creo que haya sido tanto.

El chico entra apresurado después de que mis padres salen. Se acerca a mí con el rostro lleno de preocupación. Me examina de arriba abajo verificando que esté bien, me río ante su actitud. Mi mente procesa todo como un mal sueño así que no me lo puedo tomar tan seriamente como ellos, es mi método de defensa contra traumas.

-Princesa...

-Príncipe. -Respondo y me río. Definitivamente, los medicamentos me tienen haciendo chistes sin sentido. Aunque al menos le ha quitado la cara de susto que traía. -Ignora eso... hola.

-Hola. ¿Estás bien?

-Estoy drogada... no sé que me pusieron. -Y me río de nuevo. Dale que si estoy mal.

-Estarás bien, volverás a casa y continuaremos con nuestros planes. -Dice. Al escucharle miro hacia mi mano en busca del anillo de compromiso, mi alma abandona mi cuerpo por un segundo al no ver nada en mi mano. -Yo lo tengo. -Sonríe.

-Nos vamos a casar... estamos locos. -Hago un puchero.

-Lo estamos. -Se acerca a dejarme un beso en la frente. -Tuve miedo de perderte.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2022 ⏰

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