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[Avery Potter]

—¿Qué significa eso que le dijiste a Hermione? —pregunté a Malfoy cuando terminó el entrenamiento.

—Verás, Potter, hay brujas y magos que son hijos de muggles, a esos se les llama sangre sucia por no tener ascendencia de magos —explicó— Es muy común escuchar eso en una conversación.

—Oh, ya —es lo único que dije.

No digas nada más, no digas nada más.

Comencé a caminar hacia las mazmorras, más específicamente, el despacho del profesor Snape.

—¿A dónde vas? —preguntó frunciendome el entrecejo.

—A mi castigo con Snape —respondí obvia.

—¿Qué se supone que vas a hacer? —preguntó Pansy, llegando a nosotros.

—Aún no lo sé, solo sé que no quiero hacerlo —murmuré caminando a la puerta del Gran Comedor, y después al despacho.

Cuando llegué, toqué la puerta y él profesor Snape abrió la puerta, dejándome pasar.

—A tiempo, alumna —habló con su característica voz— Sígame —salió del despacho.

¿Qué?

Lo seguí y ví que llegamos al aula de Pociones.

—Va a ordenar todos los ingredientes de estos estantes, sin magia —añadió— Espero que todo esté perfectamente administrado —volvió a salir de prisa.

—Genial —susurré para mí misma.

[Dos horas después]

Terminé.

Más no ha venido el profesor Snape a dejarme salir.

Seguro que se fue al Gran Comedor para la cena.

Pues ni modo, me voy yo solita.

Salí del aula hacia la cena, donde aún no estaba Harry. Tal vez seguía en su castigo. Tampoco veía a Ron.

—Hola —saludé a Maddie y Pansy, Malfoy y Luke estaban hablando entre ellos enfrente de ellas.

—¡Hola! —saludó Maddie— ¿Ya terminaste?

—Si —me senté a su lado, ahí los chicos se dieron cuenta que había llegado.

—¿Cómo estuvo? —preguntó Luke, con una sonrisa falsa.

—Pudo estar peor, aunque las sanguijuelas me dejaron marcas en los brazos —puse una mueca mostrandoles.

Maddie abrió la boca sin decir nada, pero tenía una clara expresión de asco.

—Bueno, al menos ya terminaste —habló Pansy.

—¿Te lavaste las manos, cierto? —preguntó Malfoy por otro lado.

Entrecerré los ojos y me acerqué a él por encima de la mesa. Le extendí los brazos y a la hora de hacerlo (como lo hice de repente), se hizo hacia  atrás para no tocarme.

¿El resultado? Se cayó del asiento y los cuatro empezamos a reír de él, mientras que Crabbe y Goyle le ayudaban a levantarse.

Otra Versión De La Historia. Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang