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ZEDD

Mi mente no dejaba de tergiversar aquel recuerdo. Tomando la carta entre mis manos, partiéndome en dos sabiendo que todo el tiempo me había estado ocultando su partida.

No fue un reclamo, más bien fue una explicación que me dolió en el alma cuando no tuvo la confianza de contármelo. No supe que responder cuando ella preguntó lo mismo, y mis palabras callaron en el momento equivocado, pues no dije nada cuando los planes se me habían salido de las manos.

Pasé los días tratando de ser valiente y tomar el teléfono para pedirle perdón, caminar hasta su casa y tocar la puerta, pero el enfado y el orgullo no me lo permitían.

No la ataría, tenía que ir a esa escuela, no me impondría aunque yo la viera como mi camino.

Pasé por la casa de Alec y hablé con él tratando de abrir mi mente.

─Nos han ofrecido un nuevo contrato, mi padre lo ha conseguido.

─ ¿Estás dispuesto a aceptarlo?─. Preguntó él con la ilusión reflejada en sus ojos.

Sabía que estaba igual de cansado de la ciudad que yo. Ninguno de los chicos la pasábamos bien en aquel lugar.

Evan no llevaba la mejor relación con sus padres y necesitaba el dinero de las presentaciones, Alec quería conseguir una mejor vida para su madre, sentía la necesidad de ser el hombre de la casa. Connor estaba dispuesto a seguirnos y apoyarnos si es que lo requeríamos, además de que le hacía ilusión que más personas nos conocieran por nuestra música.

Y yo solo quería disfrutar de mi arte, haciendo lo que más me gustaba, alejándome de aquellos recuerdos dolorosos en casa y ver el orgullo en la mirada de mi madre. Lo único que me lo impedía era ella.

No había razón para quedarme en ese jodido lugar, en donde estaba atrapado en las paredes que me privaron de mis metas y me recordaban el desprecio. La única forma que veía para asegurar de no arrepentirme de la decisión, era que ella no regresara al igual que yo, cortar todo de raíz aunque me quedara sin vida, con tal de dar la mía por la suya.

Blair era bastante apegada, y sabía que solo podía apartarla de la forma que más me dolía. Siendo aquella persona de la que me prometí nunca regresar, un egocéntrico que solo ve por sí mismo y aparentar en que no me importaba a donde fuera, aunque yo quisiera ir con ella al final del mundo si me lo permitiera.

Era una decisión estúpida, pero la más conveniente para poder logar ver aquel brillo en sus ojos en un futuro cumpliendo sus sueños.

Meses antes de conocerla había planeado mi partida. Me escabulliría por la noche sin que nadie lo supiera y conduciría hasta donde las llantas de mi auto me lo permitieran, pero me detuve cuando ella llegó a mi vida.

No me sentía miserable, me sentía libre cuando estaba a su lado.

Era una soñadora en toda la extensión de la palabra, contándome todos sus objetivos. Veía el talento y potencial emanando de su mente. Y sabía que la tenía que dejar ir, aunque me doliera el corazón y el alma.

Miré a Alec pensando a toda velocidad. Podría aceptar estar bajo los ojos de Andrew si eso implicaba que todas las personas a mi alrededor estuvieran bien.

─Estoy dispuesto. Por ustedes.

El chico suspiró y me puso una mano en el hombro.

─Zedd todos sabemos que lo haces por convencerla en no tener una razón para quedarse. Conoces su terquedad, no será fácil que ella acepté irse.

─Lo hará, se irá al igual que nosotros─. Escupí las palabras con resentimiento.

Pasé días planteándome distintos escenarios en los que le podría decir lo que sentía, pero no veía uno solo hecho realidad. Cuando la cobardía me invadía y todos mis pasos se alineaban a su persona.

Los días que pasé junto a ti (COMPLETA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora