Lonely - [Namjin]

Capítulo 8 - Louder than bombs

"¿Desde donde comenzó a salir todo mal?
No puedo recordar nada
Estoy escondido en una pequeña habitación
Susurrando
Estoy rezando para ser salvado
La noche está cubierta de sangre"
—Stay Alive

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Los árboles se movían con fuerza, los abetos silvaban, las hojas muertas en la tierra se arrastraban, las raíces de los árboles se mantenían retorcidas y gruesas, dando la impresión de ser arañas enormes y grotescas. Todo su alrededor era de árboles convertidos en sombras infinitas, no sabían por que camino habían ingresado ni en que zona se encontraban en específico.

Jin mantenía a Jungkook fuertemente apretado a su pecho, aún si su hermano poseía un cuerpo de admirar, seguía teniendo ese hermoso rostro de bebé que parecía llamar bastante la atención de aquellos que los "escoltaban". Yoongi estaba a su izquierda, permanecía con sus dedos entrelazados con los suyos y parecía calmado, frotando su pulgar contra el dorso de Jin en gestos de cariño.

—Pronto llegaremos. —Él líder, quien se había presentado como "Hongbin", mantenía unas extrañas vendas en sus manos y una capa oscura. Era alto y fornido, caminaba con un ritmo controlador que parecia pretender someterle.

Jin observó alrededor, sin notar el mínimo cambio en la vegetación y en su entorno. ¿Llegar a donde? ¿Otro bosque? Sus pies dolian por el terreno irregular pero aún así no se rindió, decidido a no mostrar su cansancio y que notarán que bajaba la guardia.

De repente Hongbin caminó detrás de un muro de roca y no salió. Jin parpadeo estupefacto, notando que aquel líder no aparecía por ningún lado.

—¿Dónde está? —Se atrevió a preguntar y alarmado notó que los demás se reían, parecían haber esperado aquella reacción.

—Hemos llegado a nuestro destino. —La mujer a su lado los guió hasta alcanzar el extraño muro de roca dentada y oscura. Entonces Jin notó que justo detrás y pérdida en la oscuridad, había una cortina tupida de enredaderas y flores tan larga como el muro, una que daba la impresión de caer desde arriba y simplemente reposar en la oscuridad. Parecía que el muro tapaba perfectamente el movimiento nada sutil del viento que movia cada liana en la entrada.

—Bienvenido.—Anunció de la nada Hongbin, estirando su mano y jalando a Jin consigo. Los hermanos permanecían apretados contra él, por lo que entraron a tropezones. No encontraron más que oscuridad y un frío diferente, uno que no contenía una humedad pegajosa como la del bosque, sino una más suave, fría.

—¿Dónde estamos? —Su respuesta llegó sola cuando su voz hizo eco y miles de ojos parpadearon en el techo. Eran murciélagos que pendian de la parte superior de lo que ahora sabía, era una cueva.

—Pronto lo sabrás. —La figura de Hongbin estaba pérdida en la oscuridad, por lo que Jin sentía que simplemente caminaba en la nada, algo mareado y con las piernas temblorosas por los impulsos de caer en un abismo repentino.