Después de que Stiles dejara claro que Derek era suyo, ninguna tonta y zorra volvió a pisar la mansión.
Derek gruñía cada dos segundos, y Peter, el abogado de la familia, bufaba agobiado.
La cosa era que el alfa tuvo que dejar "solo" a su Omega por unas horas y eso lo estaba volviendo loco.
La reunión por fin había acabado y el trato se cerró y para celebrarlo fueron a almorzar.
Ya habían pasado cinco horas desde que vio a su Omega, y Derek era todo ceño fruncido y miradas asesinas, el verde de sus ojos estaba siendo ahogado por un intenso rojo. Le estaba costando demasiado controlar a su lobo y Peter lo noto.
Derek miraba la puerta y suspiraba, quería huir de ese lugar, quería, no, necesitaba a su Omega.
El alfa arrugó la nariz, cuando percibió un olor asqueroso.
?: Hola guapo
Sonrió sensual la omega
Derek la miro con asco, sus ojos brillaron en un rojo intenso y mostró sus afiliados colmillos.
D: FUERA!
La pobre chica huyo aterrada, y el lugar quedó en silencio.
Se levantó dispuesto a dejar salir a su lobo, el solo quería volver con su Omega, entonces lo vio bajar de un coche, junto a sus padres, y sonrió, todos notaron como el aura asesina que rodeaba al alfa se iba desvaneciendo.
Stiles, tenía mucho miedo, a él no le gustaba estar rodeado de personas, estos siempre se burlaban de él, pero aún así fue al restaurante, su alfa lo necesitaba, o eso le había dicho Peter cuando llamo a Thalía.
Bajo del coche, acompañado por sus suegros, antes de entrar había tropezado dos veces, y no cayó al piso porque Thalía y Alexander lo sostenían, se sintió tan tonto, tan insignificante, tan triste, pero todos esos sentimientos desaparecieron cuando su alfa lo abrazo con fuerza.
D: Mío! Omega!
Stiles sonrió y acaricio el rostro del alfa.
Derek lo tomo entre sus brazos, al estilo nupcial, y se dirigió a la mesa.
El almuerzo transcurrió con normalidad, después que el alfa le gruñera a todo aquel que intentara hablar con su Omega.
