capítulo 25

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Thalía y Alexander miraban orgullosos a Derek, su hijo se había convertido en el alfa que ellos siempre soñaron.

D: Amor, come por favor
Rogó con dulzura y paciencia, el alfa.
S: No!!
Dijo el Omega y escondió su rostro en el cuello de Derek. Stiles se había convertido en un caprichoso y mimado, cosa que hacía inmensamente feliz a Derek.

Cada mañana pasaba lo mismo, Derek con infinito amor alimentaba a sus amores, convenciendo al Omega con besos y caricias, que comiera sano, al menos unos bocados.

D: Después podemos comer helado y galletas de chocolate.
Acaricio el vientre de cinco meses, de su Omega.
Stiles salió de su escondite y miro al alfa.
S: Está bien, alfa.
Sonrió y Derek lo beso.

El desayuno transcurrió normal hasta que la puerta de la mansión se abrió con brusquedad y dos alfas entraron casi, corriendo. Stiles se asustó y se apretó contra el cuerpo de Derek. Y este lo abrazo protector.

Dylan: Oh, por la luna, mira alfa, que hermoso es mí nieto.
Chilló el alfa feliz.
Ty: Si amor, es muy hermoso.

Después de salir de su asombro, Derek bufo y abrazo con más fuerza a su Omega. Thalía rodo los ojos y Alexander sonrió y corrió a los brazos de Dylan.

A: Papi, te extrañe tanto.
Dy: Hola mí pequeño tesoro. Yo también te extrañe.
Y beso a Alexander en la frente

Mientras Dylan mimaba a su niño, Tyler abrazo a su hija.
Stiles veía la escena confundido y un poco asustado, y Derek lo noto, entonces se apresuró a hacer la presentación.

D: Amor, te presento a Tyler, mí abuelo y Dylan mí abuela.
Derek sonrió con burla, amaba molestar a Dylan.
Dy: Mocoso igualado.
Le mostró la lengua. Thalía y Tyler negaron con la cabeza resignados.
D: Abuelos, el es mí Amor, mí Omega.
S: Hola.
Dijo tímido y escondió su rostro en el pecho de Derek

Los alfas Hale, no se acercaron al Omega, Thalía les había contado por todo lo que había pasado Stiles, pero lo llenaron de halagos y sonrisas cargadas de amor.
Stiles sonría tímido ante los halagos de Dylan y Tyler, y agradecía que su alfa no se había apartado en ningún momento.
Después de varias horas, el Omega se sintió seguro y se bajó del regazo de su alfa y se sentó junto a los alfas, que sonrieron felices.

TorpeWhere stories live. Discover now