Te Quiero, Por Favor Regresa [Aruannie] ||SNK||

III

Sus ojos eran inolvidables.
A primera vista parecían fríos e indiferentes, como una marea voraz a la par de una tormenta. El azul de sus ojos le recordó al mar, sereno y brillante. La mejor forma de describirla era cautivadora.

El brazalete —al igual que el de el resto de niños (y niña) que la habían estado acompañando—, era de un color distinto: amarillo brillante.

Eso solo significaba una cosa. Ella era una guerrera, o bueno, lo sería.
Y los guerreros entrenaban en el mismo lugar.

Sus padres le habían preguntado el porqué de su feliz regreso, él simplemente les dijo que había sido una buena tarde y al siguiente día aprovechó que ambos saldrían a trabajar para visitar el campo.

No fue difícil encontrarla entre la pequeña multitud. Resaltaba como una piedra entre cristales como si simplemente quisiera pasar desapercibida y ocultarse entre las sombras para no llamar la atención.

El campo parecía una enorme trinchera, así que permaneció oculto en la cima, lo más alejado posible de la caseta principal pero lo suficientemente cerca para lograr verla.

Y así pasaron los días. Quería acercarse, hablarle y verla más cerca. Lograba bajar al fondo de la trinchera tras una cerca, pero al final terminaba arrepintiéndose y corriendo en dirección opuesta.

¿Por qué tenía que ser tan cobarde?

Tan solo era una niña. Una niña muy linda. Una niña guerrera e indiferente que podría patearle el trasero si así lo quisiera. Pero a fin de cuentas una niña lo suficientemente bonita como para hacerlo caer.

Solo con ella su corazón había latido tan fuerte y acelerado.

En el día 8 Armin volvió a bajar al interior de la trinchera y la vio arrojar a uno de sus compañeros. Se veía tan viva, pensó en el momento.

Ella era grandiosa ¿Y él que era? Un niño que ni siquiera quiso entrar en el ejército, un niño que prefería estar solo por temor a hablar con los demás, un niño que de seguro parecería patético ante sus ojos.

Dio media vuelta y volvió a subir a la cima.

Armin no creería que, pese a sus esfuerzos por ocultarse, su presencia no fuera desconocida.