◁Seguro▷

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Aunque la habitación este insonorizada, se aseguran de cerrarlo todo. Ventanas, persianas, por supuesto el seguro de la habitación. Todo. Incluso con la insonorización el pavor de ser descubiertos sigue patente.

Con todo en orden Shota va directo a la mesilla de noche, abre un cajón y palpa debajo de este, allí tiene pegada una tira de preservativos, arranca uno y se echa junto a Akane tras cerrar el cajón con un golpe de cadera. No le hace falta darse cariñitos hasta calentarse para saber cómo va ha terminar la cosa. Prefiere tenerlo listo en vez de levantarse en mitad del asunto.

Akane apoya su espalda en la fría pared y Shota apoya sus brazos a cada lado de su cabeza, flexiona los brazos para poder besar sus labios. La muchacha no pasa por alto como sus venas se marcan en sus brazos. Como quiere los brazos musculados de Shota Aizawa, como ama sus besos, como adora la manera en que la mira. Como si fuera la única en todo el planeta, como si su cuerpo no fuera capaz de retener todo el deseo que profiere hacia ella y se le escapase por sus ojos color tinta.

Pasa sus manos por el cuello de Shota, se enreda en este y tira para poder acceder mejor a su boca. Él se deja hacer, mueve su mano derecha hacia el muslo de la chica, acariciando y apretando simultáneamente. Tanteando el interior de estos mientras nota como se mueve delicadamente para sentir el roce de sus dedos sobre sus bragas. Shota tantea la cremallera del jersey de la chica, lo ayuda moviendo sus brazos sin apartar los labios de su boca. Se quita los pantalones y se separa para quitarse la camiseta. Se queda con un top deportivo y una tanga turquesa. A Shota le prende que Akane le desvista, le satisface sentirse completamente observado por ella, las manos de su novia nunca se equivocan por donde pasan, lo hace todo con la suficiente rapidez y la suficiente delicadeza para no hacerle daño. Cuando se queda solo con los boxers y sus calcetines, se pega a él.

—Déjame ponértelo —Akane agarra el preservativo, deja besos desperdigados por su pecho y va bajando hasta el dobladillo de su ropa interior—. Levanta las caderas. 

Obedece y así puede quitarle la prenda. No está completamente erecto, por lo que debe solucionar eso para colocar debidamente el condón. 

Se coloca el pelo detrás de la espalda y de las orejas, se coloca en cuatro, baja la cabeza y toma la polla de Shota entre sus dedos. Masajea sus bolas con una mano y con la otra se lleva el miembro a su cavidad bucal. Shota exhala con la cabeza gacha. Comienza a notar que la sangre le circula caliente en la parte inferior de su tronco. Akane pasa su lengua de diferentes formas, atenta a cada gesto de Shota.

—Hazlo desde mi izquierda —Akane no entiende su petición, pero se presura a moverse a su lado, pega el pecho a la cama y retoma su tarea. Shota le acaricia la cabeza entre jadeos, pasa sus grandes manos por la espalda de Akane, expande la palma alrededor de las nalgas de Akane. Con el falo en la boca, abre los ojos sorprendida, Shota tira de los hilos de su tanga, haciendo que la tela se entierre en ella.

Estimula la zona con el dedo índice y anular, cuando nota que las bragas se humedecen, mueve la tela a un lado y deja pasar sus dedos entre los labios de la chica. Ella se atraganta cuando saca y mete sus dedos de manera rítmica. Shota avisa que si sigue así, terminara eyaculando. Algo reacia se aparta, pues estaba disfrutando de los dedos de Shota. Piensa en positivo, pronto podrá montar a la oruguita, aunque muy pequeña no sea. Le coloca el preservativo, le lanza una mirada juguetona y pasa sus piernas a cada lado de él. 

Toma su polla y la alinea en su entrada, baja lentamente exhalando, mientras que su profesor le acaricia las piernas.

—Eres hermosa.

—Tu también. —Se reclina para besarlo sus labios, así unidos, comienzan un vaivén de caderas.

Akane hace sus movimientos más profundos, mordiendo el labio inferior y arañando los pectorales de Shota. Este le pide que lo haga con aun más fuerza. Que lo mire a lo ojos. El mayor adora ser visto por ella, ver la lujuria de su rostro penetrante contra él.  Le gusta que nadie más sepa sus tendencias sexuales, la manera en la que se prende por ser dominado, no suele decirle nada a Akane, le avergüenza un poco.

Pero a veces tiene sueños húmedos donde le súplica que lo queme con velas, que le apreté con cintas y le de cachetadas. A veces se imagina ser estrangulado por ella.

Casi sin pensarlo es lo último que murmura al tiempo que la chica tirones del bello que baja desde su pecho.

—Ahórcame.

Akane se detiene abruptamente, con los ojos como platos, pensando que quizá a escuchado mal.—¿Eh?

El hombre se sonroja ante su desliz, pero hacer como que no ha pedido nada, sería mucho más vergonzoso, hace acopio a la confianza que tienen como pareja y lo vuelve a repetir.

—Ahórcame. Por favor.

Akane vacila y niega aturdida.

—No se como hacerlo, no quiero hacerte daño.

—Deja la misericordia para los débiles, ahórcame Akane, si he soportado que me aplastara un Nomu contra el suelo, podré soportar que me sujetes la garganta.

—Dime si te molesta.

Todavía algo dudosa acerca sus dedos a la nuez del maestro, la acaricia con la punta de las uñas, notando el movimiento que hace al tragar saliva, es una protuberancia notable, se percata más en la que tiene dentro, palpita junto a ella. Abre la mano, coloca el pulgar debajo de su mentón y aprieta con los demás dedos al otro lado, Shota exhala y respira más entrecortado.

Hay algo morboso en ello. Ahocar a su profesor, un hombre adulto, capaz de finalizar eso sí le pone un poco de empeño, pero allí se encuentra, debajo de ella, respirando como un perro en celo, moviendo sus caderas, queriendo sentir más movimiento en su polla. Es realmente excitante tener ese control sobre el, sonreír y ver cómo se acalora más, mover un poco las piernas y verlo morderse el labio inferior, apretar el agarre de su garganta y sentir una polla adulta palpitar, casi al borde de la eyaculación.

Divagando entre sus pensamiento no se da cuenta de lo rápido que embiste contra el, Shota se deshace en gemidos ahogados debajo de ella, acariciándole como puede la cintura o el vientre sin saber muy bien como puede el también complacerla.

—Joder, Akane... me... me voy a venir. 

—Relaja tus cadera, déjame follarte, tu hazlo con los dedos.

Dirige sus venosas manos debajo de su vientre, Shota trata de posicionar sus dedos lo mejor posible para que sus yemas recolecten los flujos de ella y con ese lubricante natural, hacer círculos sobre su clítoris. 

—Mierda, se siente genial que me ahorques mientras me follas, Akane.

Ambos gimen, sudorosos, Akane con una sonrisa cincelada y Shota con un marco de lágrimas en los ojos y un rastro de saliva por el labio inferior, rojo e hinchado, fruto de habérselo estado mordiendo.

Se contraen por última vez, Shota eyacula primero, Akane abre más las piernas, levantando un poco el tronco para que Shota pueda masturbarla mejor. Se corre en poco después.

Shota anuda el preservativo y Akane se marcha al baño a tirarlo y aprovechar para limpiarse. Shota se asea con unas toallitas. Se mira en un pequeño espejo que Akane dejó allí, se sorprende por el tamaño de sus labios hinchados, de su piel irritada a cada lado de su cuello, también del rastro que las uñas de Akane han dejado sobre el.

Cuando la chica sale del baño de acerca a el y mira las marcas que ha ocasionado.

—Sabía que no debería haberte apretado el cuello, tienes marcas rojas.

—Esta un poco irritado nada más —Hace una pausa para dejar el espejo a su espalda y tomarla de los hombros—. Me ha gustado, mucho.

—¿entones, de verdad te gusta que te domine? No hace falta que quieras hacer esto solo por mis preferencias.

—Claro que me gusta. Al igual que me gusta dominarte a ti.


Viviendo con mi Sensei. 【SHOTA AIZAWA × OC】「PARTE I.」Where stories live. Discover now