Capítulo 24: A rezar.

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Josh.

Alex se ofreció a ser la conductora esta noche, ya que todos nos dirigimos al mismo lugar vamos en su auto. Ella y Liam adelante y Chloe y yo atrás.

Chloe va en su teléfono y la observo teclear rápidamente antes de esbozar una pequeña sonrisa.

Conmigo ya no sonríe, desde lo de las malteadas no hemos tenido muchos momentos juntos que digamos y me parece perfecto porque creo que estaba comenzando a confundirme.

El espacio en la parte de atrás no es muy amplio, así que cuando intento estirar un poco mis piernas por accidente le doy un pequeño golpe en la pantorrilla que hace que deje el teléfono a un lado.

Me mira indignada y si espera que le ofrezca una disculpa se equivoca porque muchas veces ella ha tenido que disculparse conmigo y no lo ha hecho.

—AUCH.—está exagerando porque muy apenas y la toque.

No digo nada y al cabo de unos segundos recibo una patada en mi rodilla.

La miro y sus labios le tiemblan para no reír mientras observa la ventana.

Lo mio fue accidental, esto no.

Recuerdo que tiene cosquillas así que estiro mi brazo y le pico la panza con un dedo haciendo que se retuerza, estira el pie para darme otra patada, pero ya se han estacionado y bajo antes de que lo haga. 

Comienzo a caminar hasta que siento una patada en el trasero antes de que ella se posicione a mi lado.

—¿Me has pateado el culo?—cuestiono sin dejar de caminar.

—No, yo solo levante mi pie un poco y tu culo se atravesó. Eso no es mi culpa.

La observo con sorpresa, es increíble tanto descaro.

Golpeo levemente su hombro con el mío haciendo que se tambalee un poco antes de retomar el paso.

—Ups.

—¿Ups? ¿Es todo lo que dirás?

—No, también quería decir que a tus lentes les debe faltar aumento para que no logres ver bien por donde caminas.—digo mientras nos adentramos en el cine.

De reojo veo que Alex y Liam comienzan a morrear en la entrada y vuelvo a dirigir la vista a Chloe.

Espero que me responda el golpe, pero en su lugar se sienta en una banca y se quita las gafas antes de cubrir su cara con las manos mientras comienza a sollozar.

¿Qué carajos?

¿No estábamos bromeando?

—¿Estás llorando?—pregunto lo obvio sentándome a su lado.

—Déjame, Josh. Quiero estar sola.—dice con la voz rota.

Mierda, soy un idiota. No sé bien por qué, pero lo soy.

El cabrón de su ex novio le dijo un montón de estupideces y ella ni se inmutó, ahora no sé que he dicho para que se ponga a llorar.

—Pero ¿Por qué lloras?

—Lo sabes bien, no te hagas idiota.

Veo a mi alrededor esperando que Alex ya se haya desocupado para que me ayude un poco, pero en su lugar veo que un grupo de chicas me mira desaprobatoriamente a lo lejos.

—Lo lamento.—susurro aunque no sé ni porque.

—No, no lo lamentas.—responde sin mostrarme el rostro.

—La verdad no porque no sé ni que te hice, aunque si fue suficiente para que lloraras; en verdad lamento el golpe del carro que fue accidental, el piquete en tu abdomen, el empujón con el hombro y el comentario sobre tus lentes... En realidad me gustan tus lentes.—digo con rapidez para intentar calmarla un poco.

Mi complemento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora