Muchos dicen que del odio al amor sólo hay un paso, en ese caso Malcolm Wilkerson y Nix Spencer están a dos centímetros de terminar enamorandose.
"Somos jóvenes que de tragedia en tragedia vamos, porque el amor es un campo de batalla." Nix Spencer.
...
No hay nada mejor que tomarse un fin de semana para intentar relajarse. Afortunadamente yo tendría esa oportunidad.
Los Wilkerson nos invitaron a tomar una escapada al rancho turístico donde trabaja su hijo mayor Francis, mis padres aceptaron gustosos y comenzaron a planear todo, parecía que los planes estaban en orden hasta que de último momento Lois y mi mamá tuvieron que doblar turnos en Lucky Aide y tendrán que quedarse.
Mamá no quería que se arruinara todo por su trabajo, así que le dijo a papá que fuera conmigo para que nosotros pudiéramos disfrutar del fin de semana.
Así que aquí estoy, en al camioneta de los Wilkerson esperando que mi padre y Hal salgan de nuestras casas para poder irnos.
Llevan como veinte minutos y ninguno ha salido.
- Ya vámonos! ¿Qué estamos esperando?!- grito Reese tocando el claxon del auto.
Me sentiré algo mal de no poder pasar mucho tiempo con Malcolm, puesto que ambos fingimos sólo sobrellevarnos. Pero estos son dos días sin mamá, así que valen la pena.
-Vámonos Papá!- volvió a gritar Reese sin dejar de tocar el claxon. Este chico si que estaba desesperado.
-Vámonos! Las verán el domingo!- grite esta vez yo a los dos hombres que salían de sus casas llenos de labial en la cara.
-Teníamos que...- Hal se quedó a medias.
-Traer café- acompleto mi padre.
Y así los dos mostraron sus termos para después entrar a los asientos delanteros de la camioneta. Hal en el asiento del conductor y mi padre en el de copiloto.
Los dos hombres estaban sufriendo el dejar a sus esposas por dos días enteros, así que han dado pretextos con tal de alargar la despedida con sus mujeres.
-Bien caballeros.. Y dama.. ¿Están listos?- pregunto Hal sonriendo.
- Siii!
-Pos supuesto!
-Ya vámonos!
-Cinturones.. listo!- exclamó mi padre
-Mapa listo- enumeró Hal
-Gafas de sol listo.
-Almohadilla lumbar.- Hal sacó el cojín y lo colocó en su espalda.- Listo!
-Espejos.. listos!- verificó papá
-¿No escuchan que está sonando una válvula?- pregunto Hal
-Yaaa!- gritamos los cuatro adolescentes. Lo que queríamos era irnos y disfrutar del fin de semana sin nuestras mamás.
-Algún día aprenderán que no tiene nada de malo ser precavido.- se quejó mi papá mientras Hal ponía en reversa el auto, lo siguiente fue el golpe que le dieron a la bicicleta de algún vecino.
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