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marizza

Luego de escuchar el álbum todos se acercaron para abrazar a Mauro y felicitarlo.
Empezaron con la previa.
Yo ya con mi vaso de fernet empecé a bailarle a Emilia, ella me seguía el juego agarrándome de la cintura o dandome nalgadas.

Me salí del circulo y fui a la cocina por hielo, al querer salir me crucé a Mauro— Hola –Le sonreí.

— Hola.

— Me encantó el álbum, Mau.

— Tengo que confesarte algo, Rix. Algo que tengo guardado desde los 16, ¿Podemos ir al patio?

— Obvio, si.

Salimos al patio, adentro había mucho ruido. Lo miré esperando que hablara y me diga lo que yo esperaba que me dijera— Me gustas, Rix, estoy enamorado de vos –Soltó, mirándome a los ojos.

— Yo también estoy enamorada de vos, Mauro –Él sonrió.

Soltó el aire que tenía retenido— Tengo algo más que confesar.

Reí— A ver, decime.

California la escribí por vos, al igual que ese mensaje, dame una nite y hechizame, pensé en vos y simplemente mis palabras fluyeron. Al igual que cualquier canción que hable de una piba, sos mi inspiración para todo lo que escribo –Rascó su nuca con nerviosismo.

Sonreí— Yo también te tengo que confesar algo más –Me me miró esperando a que siga hablando— Todas y cada una de las canciones en las que hablo de un chico o de un amor, hablo de vos, Mauro.

— Que bien se siente decírtelo, posta que no me aguantaba más –Se acercó a mí.

— Yo tampoco me aguantaba más –Lo agarré del cuello de su remera y lo tiré hacia mí, besándolo.

— ¿Puedo ser tu hombre? Quiero que seas mi mujer –Lo miré a los ojos, estaba tan feliz y enamora de él.

— Quiero ser tu mujer –Le sonreí.

Me agarró de mis mejillas y me dió un beso corto, al separarnos dejó un beso en mi frente. Entramos nuevamente a la casa, agarrados de la mano. Al vernos, nuestros amigos aplaudieron, Mari gritó agudamente— ¡Mis papás!

Nos abrazaron, felicitándonos.
Miré a Mauro, estaba festejando y saltando con los pibes— ¡Se me dió, wachos! ¡Se me dió!

Reí y me puse a hablar con las pibas. De un momento a otro estábamos bailando, al lado mío llegó Mauro— Tu eres hielo

Yo soy fuego –Me agarró de mi mano y me dió una vuelta, reí por eso y seguimos bailando— Vamos a ver quien se va a quemaar

Íbamos a ir a la bresh, así que a la una nos subimos a los autos.
Mauro manejaba de ida, me senté atrás, arriba de Emilia— Mami, dejá al Mauro ese y venite conmigo –Me dió un besito en el cuello, reí por eso.

— Dejamos a nuestros Mauro’s y nos hacemos lesbis, ¿Te va?

— A mi no me va, ehhh –Dijo Mauro, que estaba muy atento a nuestra conversación.

— Estoy hablando con mi mujer, Mauro, no te metas –Dijo Emi.

— Con mi mujer querrás decir.

— Seguí soñando, tontito.

SHIP | LIT KILLAH ✓Where stories live. Discover now