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marizza

— Confirmé en la entrevista y mostré el anillo que me diste –Solté de repente y rápido, luego de mi entrevista él me pasó a buscar, ahora estabamos sentados en el sillón del living de mi departamento.

Me miró con una sonrisa— Menos mal, porque yo no me contuve y solté todo en la entrevista que me hicieron hoy –Me abrazó.

Sonreí— Me estaba por empezar a sentir mal.

Nah, no me iba a enojar por eso, beba.

— Te amo.

— Yo a vos –Miré su pelo desordenado, intenté acomodarlo.
Nos acomodamos mejor, él acurrucado en mi pecho y yo abrazada a él haciéndole mimos— No puede ser lo afortunado que soy en tenerte como wacha.

— Yo soy la afortunada, gato

— Bueno, los dos –Rió, acurrucándose más a mi— Quiero volver al gris. Hoy iba a ir a lo de los Navaja, pero me quiero quedar con vos, así acostaditos, mirando tiktok o alguna mierda así.

Sonreí— Vamos, que hace rato te querés teñir.

— ¿Me acompañas?

— Sip, vamos –Intenté levantarme pero su agarre se hizo más firme, haciendo así, que no pueda levantarme— Dale, gil.

Él negó— Un ratito más, Rix.

Me rendí— Bueno, pero si se enoja Cris o Markitos no va a ser mi culpa.

Usamos su teléfono, estabamos en tiktok, viendo edits nuestros que hacía la gente.
Habían puesto fragmentos de nuestras entrevistas,

“— No estoy casado, o sea, no me voy a casar ni por iglesia ni nada –Se acomodó el pelo— Simplemente soy un persona fiel, soy un persona que sabe lo que quiere.
No me gusta hacer perder el tiempo ni perderlo yo. Soy muy decidido y cuando ella me dijo que sí, fue comofua, lo logré”, o sea, la piba de la que estuve enamorado tanto tiempo me dijo que sí, ¿Entendes? –Rió— A demas, es un compromiso más entre nosotros, algo más de palabra, es un gesto lindo el anillo, y como ahora, por ejemplo, que no estoy con ella o ella no está conmigo, yo la tengo y ella me tiene ahí siempre. Todavía no vamos a hacer joda, cuando haremos los vamos a invitar a todos y nos vamos mundiales, vo’ sabe’ –Rió y la entrevista siguió con normalidad.

Me giré a mirarlo con una sonrisa— Sos un lindo.

— ¿Viste? –Hizo una mueca rara que me hizo reír.

A su teléfono le llegó un mensaje, era Markitos, que lo estaba esperando. Nos miramos con una mueca— Te dije, gato.

— Bueno, cheee –Me agarró la mano y me acercó a él— ¿Sabías que te amo mucho?

— Sí, sabía –Le sonreí— Yo también te amo mucho.

— ¿Te vas a hacer algo vos también?

— No, te acompaño nomás, amor.

Él sonrió.
Salimos de mi departamento de la mano.
Rumbo a lo de los navaja y capaz a comer algo por ahí, sólo nosotros dos.
Disfrutando de nuestro amor.

SHIP | LIT KILLAH ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora