Capítulo ocho

2.1K 95 2
                                    

—Jane, llegó un paquete para ti.

Mi compañera de cuarto entro con una caja preciosa de aquella boutique, sabía que era de ahí, pues antes mi amado me había obsequiado un vestido.

—¿¡Es de matthew!?

—Pues no tiene nota —Dijo mientras buscaba sobre la caja— Pero me imagino que es de el.

—Pues rápido dame la caja.

Se la quite de las manos emocionada por ver qué vestido hermoso había comprado para mí, grande fue mi desilución cuando ví un vestido para una criada.

—¿Que es esto? —Le pregunte —¿Estas segura que es para mí?

—Si, la casera dijo que el criado de siempre la trajo.

—¿Por que el me regalaría algo así?

***

—¿Dices que yo soy patético? Bueno querida, tu me elegiste ¿Recuerdas? Tú tenías opciones tanto como yo...

—¿Tener opciones? Dime ¿¡Que opción pude haber tenido!?

—Pudiste pedir que no te casarán conmigo.

En ese momento recordé como rogué a mi familia para que esto no se llevará acabo, sabía perfectamente que este matrimonio político no saldría bien en ningún sentido.

—Madre, estoy segura que el no la abandonó.

—No me importa si el abandono a tu hermana o no, esa familia es poderosa.

—¿Poderosa? ¿En qué? ¡Son Vizcondes!

—Su rango social es alto Mercy, yo como tu madre debo buscarte a un mejor prospecto.

Trataba de aguantar las lágrimas buscando un poco de duda en la mirada de mi madre, pero ella estaba segura de lo que quería hacer...

—¡Padre! Te lo ruego, no dejes que me case con el.

—No puedo hacer nada, ya estás prometida para casarte con el, Mirana arruinó su compromiso con el mayor de los Lazlo, tienes que sacrificarte por tu familia.

—Mirana...

Incluso mi hermana mayor me dió la espalda en ese momento, ya no tenía opción...

—Tu tenías más opciones que yo Matthew. Pudiste quedarte con tu querida Anna, pero decidiste casarte conmigo, por encima de tus sentimientos, ¡por encima de los sentimientos de ella!

—No me digas que ahora ella te agrada.

—No, no puedo sentir ni un poco de empatía, ni por ti ni por ella.

—Deberias. Tu también pasaste por encima de los sentimientos de el ¿No?

—Tu no sabes nada, no sabes cuánto me he sacrificado.

—Tienes razón, la única vez que tú le serviste para algo a tu familia, fue para hacer el papel de chivo expiatorio, ocultando la inmoralidad de tu hermana.

—Mi hermana no fue inmoral.

—Fue inmadura, por cancelar un compromiso por algo tan trivial.

—Fue tu hermano quien la traiciono.

—Estaba en su derecho.

—Ella no quería casarse con el en primer lugar.

—Mi hermano no la obligó nunca a nada.

—Daniel no es mejor que tú.

—No hables así de mi hermano, si tu hermana no hubiera cancelado el compromiso ¡nada de esto habría pasando!

—Eso es lo único que puedes hacer ahora, culpar a demás personas de las malas decisiones que tomas.

—Yo no fui el único. Dime querida, ¿Por qué nunca te gusto tu nombre? ¿Por qué decidiste acortarlo? Incluso obligaste a tus padres a llamarte "Mercy".

—Dices solo cosas sin sentido.

—¿De verdad? El te llamaba así.

—Eso no puedes saberlo.

—Claro que lo se, si no, ¿Por qué la insistencia en llamarte Mercy? Era lo único que tienes de el ahora.

—Detente, estoy cansada de ti.

—¿Y? ¿Crees que tienes derecho a un divorcio?

—Nunca te haría el favor de dejarte libre.

—¿Tan incivilizada eres?

—Tu querida Jane lo es más que yo, eso te lo a seguro...

Aquella joven no pudo ni terminar de hablar, cuando su esposo la abofeteo, los sirvientes que acostumbrados ya a sus discusiones se quedaron inmóviles al ver cómo su señoría caí por la fuerza de aquella bofetada.

—No me obligues a comportarme peor contigo, o te a seguro que te trataré peor que un animal...

Simplemente se fue dejando a su esposa tirada en el suelo, aquella joven que no podía decir una palabra cuando sus damas de compañía se acercaron para levantarla.

Está había sido la primera vez que era golpeada por su esposo, algo que aunque sabía que habría posibilidad, nunca lo creyó capaz, fue en ese momento, que Mercy perdió todo respeto hacia su esposo...

***

—¿Que haces aquí?—Aquel hombre mayor estaba parado en el marco de la puerta, viendo como su esposa leía las cartas de su hija.—Sal de aquí.

—Ella no está más aquí.

—Esas cartas son las que Mercy guarda con cariño, déjalas en su lugar Violet.

—Era una niña tonta, igual que ese mocoso de campo.

—¿Que no estás feliz? Ella está casada, ¿Que más puede hacer?

—Abandonar a su esposo, por ejemplo.

—No criaste a esa niña para hacer algo así.

—¿No? Aquí hay cartas que ella el escribió.

—Fue cuando era más joven...

Aquella mujer Interrumpio a su esposo y empezó a leer en voz alta el contenido de la carta.

"Mi tierno amigo...
No sabes cuán afligida me encuentro desde tu partida, extraño pasar las tardes a tu lado, y reírnos juntos en el lago, como acostumbrábamos hacerlo, lamento mucho no poder acompañarte a tu destino, pero tengo la esperanza de algún día poder reencontrarnos.
Si el destino fuera amable y nos da la gracia de vernos de nuevo, te aseguro que está vez no dudaría ir hasta el fin del mundo contigo, incluso si le pertenezco a alguien más, mi mente, alma y cariño te pertenecen solo a ti"

Vuelve a poner eso en su lugar.

—¿Y si está pensando irse?

—Por el amor de Dios Violet, ya pasaron siete años, era una joven enamorada.

—No intentes ponerte como un buen padre, tu también tuviste que ver mucho en ese matrimonio.

—No lo niego, pero nuestra hija ya no es más nuestra, ahora le pertenece a su esposo, si ella lo abandona o no, ya no es nuestro asunto.

—Si lo es, ¿A donde crees que va a ir?

—Ten por seguro que no aquí, ella sabe que eres lo suficientemente antipática.

—Me preocupo por la familia.

—No tenemos familia, nuestras hijas nos detestan.

—Es mejor eso...

—Deja todo en su lugar, y deja de darle malos consejos a Mercy.

—Detesto que ese, haya tenido tanta influencia en ella.

—El la quería.

—¿Si? Entonces no debió haber arruinado el compromiso de Mirana, tu y yo sabemos que su abuelo tuvo mucho que ver.

—Ya no importa nada de eso, ahora ella es feliz, así que, deja de buscar en su pasado y sal de su habitación....

𝓤𝓷 𝓑𝓾𝓮𝓷 𝓜𝓪𝓽𝓻𝓲𝓶𝓸𝓷𝓲𝓸 {Nueva Edición}Where stories live. Discover now