XLII. Libre

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XLII. Libre

Abre los ojos y está en un hospital. Le cuesta recordar quién es, qué hace aquí... Y, una vez lo logra, sus ojos se llenan de lágrimas. Se cubre el rostro, jalando en el proceso el sin fin de aparatos que están conectados en su cuerpo.

—¡Seejun! ¡Despertaste!

Es Alex. Luce extrañamente aliviado.

—¿Q-Qué...?

—Tranquila, e-estás a salvo.

—¿Y Hyungsik?

—Al lado.

Seejun sufre un escalofrío. Cierra los ojos y siente el tacto de Hyungsik en su cuerpo, la forma en la que le dijo que la ama; como si de verdad lo creyera. Recuerda que empezó a llorar y él se enojó, dijo que nunca estaba dispuesta. La obligó a admitir que nadie la había tocado aparte de él. Lo más dolió es que, hasta cierto punto, es la realidad: no se atrevió a tener sexo real con Namjoon. No porque no confiara, sino porque todavía no había dejado atrás lo que ha significado un pene en su vida.

La presencia controladora y agobiante de Hyungsik, que la marcó indiscutiblemente. Treinta años de ser sumisa y nada más... Se dijo que es su personalidad, ¿puede cambiarla? Fue entonces cuando lo empujó y le gritó que no quería tener sexo con él. Los ojos de Hyungsik se llenaron de ira en su estado más puro. Empujó a Seejun y golpeó su estómago con el pie. La jaló del cabello y rio como si hubiese escuchado el chiste más asombroso del mundo.

«¿Eso es mejor?», preguntó. Seejun sollozaba por el dolor y la tristeza. Hyungsik se descontroló y literalmente la tomó de saco de boxeo. Hasta que su llanto fue demasiado escandaloso y alertó a Alex, quien apareció por la puerta. Sacó su pistola y disparó en el pie de Hyungsik. De haber fallado su puntería por algunos centímetros, Seejun no quiere imaginar qué hubiese sucedido. «Probablemente, él nos hubiese matado a los dos», se dice.

Sacude la cabeza.

—Quiero... necesito llamar a alguien.

Alex duda, pero le da el celular. Marca el número de Lisa, que se sabe porque no tiene muchos más de confianza. Tal vez ella no es tan falsa como lo había imaginado.

¿Alo?

—Lisa...

—¡SEEEJUN! ¡¿EN DÓNDE ESTÁS?!

El grito es escuchado por Alex, quien modula la respuesta y Seejun la repite.

¡¿QUÉ?! ¡¿POR QUÉ ESTÁS ALLÁ?! ¡NAMJOON SE ESTÁ MURIENDO DE LA PENA!

—No le digas que te llamé, por favor...

L-Lo siento, Jun... Desde que llamaste, le avisé por mensaje de texto. Él ya está en camino.

Seejun suspira. Ah, no quiere tener a Namjoon sabiendo que Hyungsik está en la habitación de al lado recuperándose de una bala en su pie.

—Le dijimos a la policía que nos robaron y que no atrapamos a los culpables. Por favor, trata de repetir esto si te preguntan.

Asiente y cierra los ojos.

—¿Te han dicho algo de mí?

—¿De ti? Que tienes una costilla rota.

—¿Estoy embarazada? —su voz sale aguda, pero no tartamudea.

—No pedí ese tipo de exámen. ¿Por qué? ¿Te reconciliaste con Hyungsik?

Le hace gracia, por lo que suelta una carcajada—. ¿Reconciliarme? Él me obligó.

—¿Te violó?

Sobre ser ellasWhere stories live. Discover now