XVII

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Mantenía la mirada fija en el techo, con los brazos cruzados a su nuca y una sensación de enorme desasosiego que no desaparecía con nada. Minutos atrás Karin había estado llamando a la puerta, pero Sasuke no había tenido siquiera el ánimo de salir a ordenarle (al igual que había hecho con Suigetsu anteriormente) que se marchara.

No tenía caso. No era capaz de concentrarse en nada, y las dos últimas pruebas las había pasado con resultados abrumadoramente insatisfactorios.

Todo era culpa de aquel imbécil de Naruto y su afán por querer acercarse.

"Me gustas, Sasuke"

Ya habían pasado seis días desde entonces y, pese a ello, sus palabras y el roce de sus labios seguían tan nítidos como si acabara de ocurrir. Seis días sin dejar de pensarle, seis días sin poder dormir adecuadamente.

¿Qué pretendía Naruto con eso?

Después de que lo besara, Sasuke lo había empujado para apartarlo y, de no ser por la presencia del compañero idiota de Naruto, seguramente se habría liado a golpes con él, todo por no comprender lo que él mismo sentía. En aquel momento le había odiado. Naruto era tan ingenuo, tan absurdamente positivo y ridículamente alegre que, lo detestaba. Si había existido atracción entre ellos, todo se había reducido a cenizas con el paso de los días.

Le había reemplazado y lo había relegado a lo más profundo de sus pensamientos. Y sin embargo, allí estaba de nuevo, esa sensación molesta y punzante por querer verlo.

No lo soportaba.

Se estaba desviando de su objetivo primario de superarse.

Frunciendo el ceño en visible enfado, Sasuke abandonó la cama para tomar el frasco de píldoras sobre la cómoda.

Vació un puño en su palma y fue engullendo una por una...

Necesitaba más resistencia, más fuerza, más poder.

...Hasta que no quedó nada.

*

Naruto estaba llenando el formulario de ingreso a su nuevo colegio cuando el telefono de la sala empezó a repiquetear con fuerza. Al principio lo había ignorado, pero al recordar que Jiraiya y Tsunade habían salido a hacer las compras, tuvo que dejar el bolígrafo a un lado para ir a atender la llamada.

-Diga.

La voz de Sai le llegaba como a años luz de distancia, fría y distorsionada. Naruto aferró la bocina contra su oído, su rostro perdió color cuando finalmente comprendió aquel atropello verbal de Sai.

Inmediatamente colgó y salió corriendo.

Rogando.

Llorando.

Sasuke estaba en el hospital. Había sufrido un colapso durante una de las pruebas fisícas y había sido dado de baja del internado Konoha, pero no era todo.

Los médicos habían conseguido reanimarlo tras múltiples intentos.

"Es mi culpa"

Se había estabilizado, pero...

"Han dicho que no volverá a ver, Naruto. Ha perdido la vista"

Réquiem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora