Capítulo 23

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Ayer presencié cómo ese idiota sostenía a Fluke en medio del pasillo y no puedo estar más enojado. El tal Oliver casi estaba encima de él, ni siquiera sabía que lo conocía, no me agrada en absoluto que esté a su alrededor.

Aquí estoy, sentado en la cafetería contemplando cómo lo observa desde el otro extremo del lugar mientras él platica con Jasmine, me está sacando de quicio. Aprieto los puños cuando veo que se levanta y va hacia su mesa, ¡carajo!

—Respira, pareces un lunático. —Las palabras de Har solo logran enfurecerme más—. Necesitas calmarte.

Jasmine lo invita a que se siente, últimamente la soporto, está siendo muy odiosa y entrometida en una relación que es de dos. Fluke le sonríe al chico, es más de lo que puedo soportar.

Ese pensamiento me hace hundir los hombros, me está doliendo muchísimo presenciar ese intercambio, tengo que abrir la boca para respirar. El enojo se combina con tristeza, no sé qué tengo que hacer para que Fluke se de cuenta de que estoy enamorado. Es muy difícil acercarme a él ahora.

Sé que todo esto es porque no me di cuenta antes de lo que sentía por él, y ahora que tengo la seguridad de que lo quiero, Fluke no me quiere cerca.

Lo veo reír, mi corazón se arruga tanto que me saca el aire. Quiero ser yo el que lo haga reír, me gustaría estar justo ahora en la misma banca que él, inclinarme para oler su perfume y su aliento a chicle de cereza.

El nudo en mi garganta crece conforme los segundos pasan y no me mira, tampoco se da cuenta de que no puedo parar de observarlo, no es consciente de mi presencia en la maldita cafetería.

—¿Qué puedo hacer, Har? —pregunto—. No me escucha.

—Entonces no se lo digas, busca otra forma.

Como si fuera sencillo.

-

El día siguiente es más de lo mismo, me encuentro a Fluke cerca de su casillero, el chico lo sigue mientras le habla y él solo asiente a lo que le dice. Las ganas de hacerlo a un lado me carcomen por dentro, hoy tampoco se fija mucho en mí. Desesperado por su atención, hago que tropiecen conmigo, Fluke eleva los ojos hasta que se encuentran con los míos.

—Hola —dice. Le sonrío con tristeza, desvío mi atención hacia la persona a su lado—. Oh, es Oliver, él es Ohm.

—Ya lo sé —respondo. Lo conozco porque una amiga de Hannah salía con él, Liam y yo tuvimos un encuentro algo violento hace tiempo, pues Oliver intentó besar a la fuerza a la amiga de Hannah y nosotros la defendimos, después de aquello quedó cierto resentimiento—. Te veo después, cariño.

-

Dos días después doy vueltas como león enjaulado en los baños del gimnasio, algunos compañeros están en las regaderas, yo estoy en el área de los casilleros observando a Harold, sus ojos parecen pelotas de ping pong siguiéndome.

—Jasmine me dijo algo —murmura mi mejor amigo. Me detengo en seco y lo enfrento—. Siento que lo hizo a propósito.

—¿Qué dijo? —pregunto, respiro profundo y exhalo.

—El chico invitó a Fluke a un concierto que dará en la cafetería «Cup» el viernes por la noche. —Aprieto los puños hasta que mis nudillos duelen. Sé cosas sobre Oliver Doms, he escuchado rumores y no voy a permitir que se le acerque más de la cuenta a Fluke—. ¿Qué vamos a hacer?

—Impedir esa cita. —Sonrío.

Dos de nuestros compañeros salen de las regaderas, tomamos nuestras cosas y vamos a ocuparlas. Cierro los párpados cuando me meto en el chorro de agua tibia.

Miradas Azucaradas - OhmFlukeOnde histórias criam vida. Descubra agora