⠀⠀Capitulo 4

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Aunque he decidido invitar a mi familia a almorzar y divertirnos un rato, aún no se me quita el amargo sabor que me ha dejado el momento de ayer

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Aunque he decidido invitar a mi familia a almorzar y divertirnos un rato, aún no se me quita el amargo sabor que me ha dejado el momento de ayer. A pesar de que Mark fue tan amable conmigo desde el primer minuto, no puedo dejar de especular que fui yo la razón por la que se detuvo aun cuando quería seguir divirtiéndose.

Estoy tan obsesionado con esa idea, que ayer al llegar a casa —cerca de las diez de la mañana—, en lugar de dormir, terminé viendo videos porno para entender y recordar cómo era el sexo, llegando a la conclusión de que el porno no es para nada similar a la realidad y resulta muy grotesco. Solo vi dos videos y me dediqué a leer por la sencilla razón de que verlos me provocaban náuseas. La mejor manera de aprender es viviéndolo, pero me temo que muchas personas esperan demasiado de ti... O, de nuevo, solo soy yo y mis pensamientos.

—Oppa. —La dulce voz de Taeha cerca de mi rostro llama mi atención—. ¿Por qué solo has comido tus papas? ¿Estás preocupado por la cuenta? ¿Pedimos mucho?

Miro la mesa, Taeha y Ahin se decidieron por unas pastas con queso y un postre de chocolate blanco, al igual que mi madre. Yo, por mi parte, me compré una hamburguesa con papas porque me sentía tentado a algo tan simple como eso, pero los pensamientos no me dejan en paz, incluso para comer y disfrutarlo.

—¿Es cierto, Jungkook? —cuestiona mi madre, preocupada.

—No, no es nada de eso —le respondo con calma—. Creo que al final la hamburguesa no se me antojaba tanto.

—¿Cuánto costó esto? —inquiere Ahin, curiosa.

Las tres me miran con atención.

—Ya les dije que no es por el dinero. De hecho, si hay algo más que quieran pedir, pueden hacerlo.

Ahin es la primera en saltar en su silla y mi madre le regaña entre dientes.

—¿Entonces puedes ayudarme con el viaje? Solamente para alguna emergencia o comprar algún recuerdo. Por favoor.

Taeha gruñe, enrollando un poco de pasta en su tenedor. Mi madre no toca el plato, en cambio, escucha con cuidado lo que yo y Ahin vamos a decir.

—¿A dónde irán? —cuestiono, metiéndome una papa a la boca. Está seca, pero aún es comestible.

—Iremos a la playa. Dos noches y tres días.

—Yo también quisiera ir a la playa —interviene Taeha con un puchero que hace mucho no hacía; derrochando ternura por un lado y molestia por el otro—. ¿Por qué no me llevas en la maleta, Unnie? Tú dices que soy una enana, así que aprovecha y llévame, ¿sí?

—¿Y qué hay de mi ropa?

Me rio por las ocurrencias de Taeha, al igual que mi madre y Ahin. El segundo deseo que me planteo es verla jugar con la arena mientras embulle los pies en el mar, deleitándose por la sensación húmeda del agua.

después del odio » taekooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora