𝑶𝑵𝑬 𝑺𝑯𝑶𝑻𝑺 ━ 𝑪𝑯𝑹𝑰𝑺 𝑬𝑽𝑨𝑵𝑺

━𝑪𝑯𝑹𝑰𝑺 𝑬𝑽𝑨𝑵𝑺

Cecilia sabía que su marido no toleraba a los hombres que la miran de una forma indecente o a los hombres que hacían comentarios fuera de lugar sobre ella. Una vez observó a Chris como golpeaba a un hombre por proponerle que lo acompañará al cuarto y que él podía brindarle una buena noche; ese hombre quedó hospitalizado después de la golpiza que su esposo le brindo.

—Vamos cariño —rogo Chris con una voz dulce—. Solo será una cena de negocios y nos iremos, pero quiero que vayas conmigo es muy importante para mí.

Ella sabía que su marido no tenía negocios legales, era demasiado obvio por la vida que llevaba antes de que se conocieran y no a cambiado, solo que ahora dejo de ser ese mujeriego para mantener su atención en ella.

—Sabes como terminan esas cenas —murmuro cruzando el comedor para dejar los dos platos que lleva en la mano sobre la mesa—. Y no me molestan que me defiendas, me parece hermoso —gira su rostro para observar a su esposo sonrier mostrando su dentadura blanca, el ojiazul flexionó el brazo en la isla de la cocina recargando su barbilla en la palma de su mano para ver a su hija. Cecilia traga saliva al ver el fornido brazo de su marido, suspiro para volver al tema inicial—. Todas las miradas recean ante mi cariño y me importa una mierda, pero la última vez que pasó ese tipo tenía esposa y estaba muy asustada.

Era verdad la última vez que Cecilia acompaño a su marido a una reunión un hombre ebrio le había dicho algo sobre su trasero y aún cuando se merecía esa golpiza su esposa que lo acompañaba parecía asustada por como Chris lo dejo y en privado ambas mujeres platicaron, Cecilia se enteró que ese hombre tenía dos hijos más y cuando estaba sobrio era un magnífico padre. Cecilia le rogó a Chris que pagará sus gastos médicos y así lo hicieron, la esposa del hombre le agradeció, sin embargo ya no quería pasar lo mismo otra vez.

—Cielo —Chris camina hacia su esposa—. Ya no volverá a pasar, se que te sentiste mal por esa mujer y sus hijos —rompio la distancia entre ambos y tomo la cintura de su mujer—, pero él no tenía porque decir eso sobre tú cuerpo el cual me pertenece —dejo un corto beso sobre los labios rosados de Cecilia.

Cecilia sintió el calor que el gran cuerpo de Chris emana, sonrió mientras paso sus manos sobre el cuello de su marido.

—Ire contigo si me prometes que no harás nada de eso, yo me defenderé esta ves ¿Si? —Chris lo pensó un buen rato, dudaba sobre lo que Cecilia quería hacer, pero no podía negarse cuando su esposa empezó a dejar besos húmedos en su cuello.

—Esta bien cielo —solto un ronco gemido cuando las pequeñas manos de su esposa tocan su cuerpo por debajo de la ropa.

Cecilia deja de acariciar el fornido cuerpo de Chris y se separa de él con una sonrisa mientras que la mirada azul se oscurece.

—Bueno comamos —ella iba a pasar a un lado de Chris cuando el la tomo por la cintura y la cargo tan fácil como si no pesará nada, la coloco sobre la mesa y con delicadeza abre las piernas de su preciosa chica.