ENCHANTED ━━ fubuki shirou

capítulo veintidós

— ¿Estás bien?— cuestionó un joven a tu lado, se trataba de Tachimukai quien había observado cómo es que apretabas los nudillos con fuerza.

  Suspiraste con tranquilidad, tu rostro expresaba calma y paz pero, por dentro sabías que había un gran disturbio con respecto a tu vida. Cuando tus ojos comenzaron a observar cómo es que los jugadores de Inazuma Japan corrían libremente por los campos, la envidia se hacia cada vez más presente en tu ser y simplemente no podías hacer nada más al respecto.

  Tenías que dejarlo así, debido a que si quizás en un futuro volvías a hacer algo como eso nunca más logarias entrar de nuevo al equipo.

— Estoy bien— respondiste de manera cortante, dejando a Tachimukai no muy convencido acerca de tu estado.

  Kudou sabía que lo mejor que podías hacer ahora sería observar a los jugadores a través de las bancas, tomó esa decisión para que dejarás de distraerte en los partidos observando a cada segundo a Kazumi, sabía que no era el único en el equipo que había notado aquel estado distraído que tenías.

  Sabía que tú pensabas ahora mismo que la situación se podría tratar acerca de la discusión que había tenido con tu madre biológica, pero no era así. Simplemente tuvo que dejar a uno de sus mejores jugadores en la banca para que logrará aclarar mejor sus ideas en vez de pensar en el campo de fútbol, debido a que aquellas distracciones de tu parte le habían costado varios pases.

  Entendía que no era tu culpa después de todo, tu situación ahora era estresante, pero es el entrenador del equipo y no debía de permitir que cada integrante del equipo emprenda sus jugadas de la manera que se le plazca.

— No puedo seguir quedándome aquí— murmuraste con descontento una vez que te habías levantado de tu asiento—. Iré a entrenar a otra parte.

  Sabías que ahora mismo no tenías derecho de pronunciar nada debido a la situación en la que te encontrabas, no querías quedarte allí a ver cómo es que los demás integrantes entrenaban mientras que tú tendrías que estar en las bancas por tu mal comportamiento.

  Eso es verdad, si habías tomado muy malas desiciones pero no querías perder entrenamiento ni condición. Quizás entrenando por separado podría ayudarte a olvidar todo lo que había sucedido en estos días, los entrenamientos que hacías en solitario cuando el equipo estan en la caravana relámpago te relajaban demasiado porque solamente estabas tú.

  Kudou no le había tomado atención a lo que habías hecho, sin embargo sabía que después tendría otro castigo más a tu lista debido a que abandonaste el lugar sin avisar. Por ahora tendría otra cosa mejor que hacer, entrenar a sus jugadores para que tampoco dependieran de una persona en especial.

— Lamento todo lo que pasó, pero no me arrepiento de nada— murmuraste con un suspiró.

  Es cierto que Kazumi se había sentido miserable después de aquel día, pensó que todo lo que le había costado hacer para ti en verdad no dio ningún fruto. Debía de entender que años de abandono tampoco se recuperaban con pequeñas muestras de afecto, debia de intentar algo más que eso para recuperar a una joven orgullosa.

  Inclusive llegaste a pensar que tu abuela no pensaba igual que tú, pero no era cierto. Ella quiere lo mejor para ti y sabe muy bien que desde la perdida de tu padre has necesitado el cariño y afecto de un padre, Nozomi quería que Kazumi estuviera para ti, pero tampoco se había imaginado que eso le costaría bastante. Quizás ella pensó como todos, que de un momento a otro estarías alegre de tener a una madre junto a ti y es que la idea se escucha demasiado tentadora, tener a una madre que esté contigo todo el tiempo, que te apoye en cualquier cosa que quieras hacer, que nunca te abandone.

  Pero eso fue lo que ella hizo en primer lugar.

  Nozomi quiere lo mejor para ti, debido a que ella sabe que en cualquier momento puede irse de este mundo debido a su edad, ella ya no se sentía como cuando era una joven de veinte años. Y tan solo pensar que tu única nieta se quedaría sola en el mundo, le provocaba que su corazón se estrujara con fuerza, sabía muy bien que necesitabas a alguien más para que estuviera contigo en las buenas y en las malas.

  Por esa razón estuvo buscando a tu madre biológica desde hace años atrás.