Expediente 05: Wendigo

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Oh I, I just died in your arms tonight

It must have been something you said

I just died in your arms tonight

I keep lookin' for somethin' I can't get

Broken hearts lie all around me

Broken hearts lie all around me

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—¿Me puedes decir de nuevo...—Felix jadeó, intentando aferrarse al pasto para poder terminar de subir aquella ruta inclinada—que hacemos aquí?

Bang se posicionó mejor para poder empujar a Felix de la mochila, impulsandolo y ayudandole a subir. Él también exhaló algo agitado.

Llevaban al menos una hora de camino a pie, cargando sus mochilas.

—Buscando. Hubo dos desapariciones en éste lugar, un grupo que venía a acampar y las de cuatro leñadores. No volvieron y los guardabosques no encontraron mucho.

Felix observó a Chris. El pelinegro estaba de pie, observando a su alrededor con ambas manos en su cintura. Llevaba unos pantalones de mezclilla que combinaban con aquella sobre camisa del mismo material, donde debajo de ésta había una playera verde militar. Las botas de ambos estaban llenas del rocío de aquella mañana que aún seguía en el pasto.

—¿Y ya tienes una idea de que podría ser?—preguntó apartando la mirada para poder observar a su alrededor.

—Uhm, si algo así.—soltó un suave suspiro—aunque, sinceramente espero estar equivocado.—murmuró.

El rubio cerró sus ojos e inhaló profundo y suave, disfrutando del viento fresco de aquella mañana, sintiendo el movimiento de las hojas crear un ruido susurrante que le estrujaba el estómago de forma ligeramente dolorosa.

Despejó sus oídos, rechazando cualquier otro ruido que no fuese el que creaba el viento. Sintió su cuerpo vibrar feliz ante los estímulos de la naturaleza y sonrió ligeramente.

—Felix—la voz del mayor le llamó y el rubio salió de aquel momento para poder mirarle. Chan le observaba con tranquilidad.—vamos, hay que seguir.

Lee asintió y continuó su camino, siguiendo los pasos del pelinegro.

Debían ser quizá las once de la mañana. El sol se tornaba más intenso a medida que el tiempo transcurría.

Sin embargo, entre más se adentraban a aquel bosque, el sol se iba perdiendo entre las gruesas copas de aquellos altos árboles.

Llegado a un punto donde apenas los rayos del sol entraban, el pelinegro comenzó a correr de pronto. Felix le miró confundido y le siguió, parando poco después para verlo ponerse de cuclillas entre unos arbustos.

Halfblood. /CHANLIX Место, где живут истории. Откройте их для себя