Capítulo 20

801 76 57
                                    

Dedicado a :

ximeram

Mirabel:

—Qué grande esta tu vientre— dije con una sonrisa en los labios.

La Morena se acarició a si misma, con dulzura y provocó en mi una sensación extraña, la idea de tener bebés algún día ya no me parecía tan absurda.

¡Qué cosas dices Mirabel! me reclamé.

—Ya estoy en mi último mes de embarazo— avisó Dolores sentándose con cierta dificultad.

—Sería una enorme casualidad si este bebé nace justo el día de mi cumpleaños.

Si, hoy cumplía los tan preciados dieciocho años y algo había detrás de esta fecha, hoy se me daría oficialmente el cargo de guardiana del Encanto y Matriarca de la familia. Abuela lo decidió así después de tener constantes problemas de salud, algo que tiene con pendiente a toda la casa.

Muchas cosas cambiaron desde la repentina huída de Emiliano, a ya casi siete meses del acontecimiento, Abuela intentó unirnos, a pesar de los errores que cometió (como encerrar a Camilo, atarlo, no creernos, etc) me pidió perdón al igual que aceptó mi relación con el trigueño, han sido meses llenos de paz como ya no se veía desde la maldita hora en que ese se metió en nuestras vidas.

—Ni lo digas Mirabel, no quiero arruinar un día tan especial— respondió Dolores, en ese instante Mariano apareció para besarla en los labios.

Más bien, después de todo el embrollo ellos se habían amistado, aunque eso le costó al Moreno varios meses de insistencia y arrepentimiento, más aún con la llegada de su primogénito, él estaba insoportable de lo cursi que era.

Decidí dejar al par de tórtolos y caminar hacia el centro de la casa, ahí se armaba un hermoso decorado junto a unas grandes letras que decían mi nombre.

Camilo apareció en mi delante con la mirada nerviosa, me tomó de los hombros y llevó hasta afuera de la casa.

—Se supone que sería una sorpresa— expresa con enfado —¿Qué no estabas hablando con Dolores?

—Ella esta muy ocupada con su esposo— excusé riendome de él —¿En serio pensabas ocultarme eso viviendo en la misma casa?

Él se cruza de brazos, mis risas no le causan gracia. Aunque al poco tiempo termina riendo conmigo.

—Al menos lo intenté— suspira.

—¡Hey! no te sientas mal, me encantará— tomo sus manos y lo besó en los labios.

Él se queda con más ganas, pero evito ese tipo de caricias en ciertos lugares, no es apropiado.

—A veces pienso que estoy viviendo en un sueño, tengo miedo de despertar y qué no estes conmigo— confiesa muy cerca de mi rostro.

—Eso no va a pasar— lo tranquilizo —te amo y eso no cambiará, es más, muy pronto daré a conocer nuestra relación públicamente.

Era cierto, el pueblo era el único que aún no sabía que yo era adoptada y que de paso estaba saliendo con mi "primo".

Pero ya faltaba poco...

—Bueno, ve alistandote para la noche— dice él dejando un último beso en mis labios —debo decorar un montón de flores ya que Isabela se negó a ayudarnos.

Esas palabras lastimaron a mi corazón, la situación era la misma con ella desde hace meses.

Tengo que hablar con ella.

[...]

Entré a su habitación sin avisar, y como era de esperarse ella estaba sentada a la orilla de su cama con la vista en la nada.

—Isabela— dije firme mientras daba pasos a ella —No piensas venir a la fiesta.

—No tengo ganas...

—No es posible— la enfrenté ya cansada de la misma historia —llevas así varios meses, por favor reacciona hermana, sé que te enamoraste de él pero no...

—¿Tú que sabes?— gritó y ahí pude ver las lágrimas en su rostro —él me engañó, lo ayude a huir creyendo fielmente en que era inocente y la verdad me arrepiento, no tengo el valor para salir como si nada hubiese pasado.

—Nosotros no te culpamos...

—¡No entiendes!— se exaltó —él prometió volver por mi, dijo que vendria para llevarme con él —a modo que sollozaba, la flores en su cabello se marchitaban —hay algo más...

—¿Qué más?— terminé sentándome a su lado mientras la escuchaba.

—Yo... yo... estaba embarazada de él— confesó y en ese instante sentí como todo mi cuerpo se helaba.

La miré a los ojos y percibí arrepentimiento, no la comprendía.

—Nunca supimos nada— dije obvia —¿Qué pasó con tu embarazo?

—Aborté.

Aquella palabra retumbó en mi cabeza logrando que comience a derramar un par de lágrimas sin darme cuenta, la observé a los ojos, sentí en su mirada un montón de dolor oculto, ella apretó su vientre con fuerza, hasta sentía que quería desgarrarse las entrañas.

Verla en ese estado me aterraba.

—Tranquilizate Hermana— susurré aunque me dolía la garganta —¿Por que hiciste eso?

Ella no dejaba de llorar, veía la impotencia en su rostro, comenzó a soltar un grito ahogado en rabia y odio a si misma. Se golpeaba el vientre como si quisiera desaparecer.

—No soportaba la idea de tener un hijo de ese maldito— susurró ya calmando su ira pero no su llanto —me sentía sucia y el miedo a lo que ustedes dirían de mi me obligó a tomar una decisión.

—¿Qué hiciste?

—A los dos meses de embarazo, tomé un preparado de varias plantas— confesó arrugando su rostro —yo misma sabía lo venenosas qué eran y no me importó, solo quería liberarme de ese peso, incluso aguante el dolor para que Dolores no me oyera.

Esa confesión me dejo aturdida, no sabía que decir, mis ojos estaban llorosos al igual que ella, me quedé en silencio y lo mejor que me salió fue abrazarla con todas mis fuerzas, sin importar sus decisiones yo no podía juzgarla.

—Me arrepiento, pero sé que ya no sirve de nada— suspira —lo que ahora quiero es que te cuides mucho Mirabel...

—¿Por qué?

—Emiliano dijo que volvería y estoy segura de que lo hará, no quiero que te haga daño a ti o a Camilo— siguió abrazandome —nunca estes sola y por favor evita ir al río, ahí fue donde yo lo dejé marcharse.

Asentí sin decirle nada, no era momento para reproches o dudas, yo solo quería que mi hermana sanara esas heridas del corazón, y respecto a sus palabras, no creo que Emiliano vuelva sabiendo lo que le espera si lo hace.

¿O si?

~~~~~~~~~~>

Esto ya esta por acabar, comenten ¿qué les parece?

¿Emiliano volverá?...

Secretos | CamirabelWhere stories live. Discover now