Mi excepción.

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Karl no perdía lo noción del tiempo, 5 minutos, 10 minutos, 15 minutos, ¿Dónde estaba Nick?, logró percatarse de que ya nadie estaba a su alrededor, la música se había apagado y los murmullos se escuchaban lejos de su alcance. Se asomó por las escaleras y vio a todos en la cocina. ¿Qué habrá pasado? ¿Nick también estará ahí?

Karl quería ir a ver, Sapnap le había ordenado que se quedara ahí pero la curiosidad mato al gato. Se levantó de su lugar y camino lentamente, se escabulló entre las personas y lo vio.

Sapnap encima de Clay, no de manera amistosa, el pelinegro mantenía a Clay en el suelo mientras golpeaba rostro con sus puños brutalmente, Karl se mantenía estático, ¿Qué debería de hacer? entró en pánico al verlos pelear, se insultaban y amenazaban mutuamente, ¿Yo cause esto? Karl pensó, entrando en pánico, se acercó a Sapnap y lo intentó tomar de los hombros. Fue en vano, sapnap lo empujó haciendo que cayera al suelo bruscamente chocando contra las personas quienes no dudaron en mirarlo de forma burlesca. ¿Qué debo de hacer? pensaba Karl mientras intentaba levantarse.

– Oh mira, acabas de empujar a tu bello amor. – Clay dijo sarcastico observando a Karl desde el suelo.

Sapnap soltó a Clay, con sus nudillos llenos de sangre, se acercó a Karl y lo tomó del brazo bruscamente.

– Te dije que me esperaras, ¿No sabes obedecer una orden? – Cuestiono sapnap enojado, marchandose de ahí junto al rubio.

Karl no hablo, aún no sabía que decir, quería llorar, quería gritar y quería explicaciones. Ambos salieron de la casa y caminaron al parque más cercano, buscando un lugar cómodo para sentarse.

– Nick, es tarde yo creo que ya deberíamos irnos a nuestras casas – Sugirió Karl, aun siendo arrastrado por Sapnap.

– ¿Podrías callarte? – interrumpió el mayor.

Karl sólo asintió ¿Había hecho algo muy malo?

Pasaron los minutos y llegaron a una agradable zona, cerca de unos grandes árboles rodeados de sus propias hojas. Sapnap se acostó sobre las hojas y Karl se sentó frente suyo ¿Debería hablar?

– Nick, yo- ¿Por qué se estaban peleando? –

– Clay habló mal de ti. – respondió secamente Sapnap.

– Lo siento. – respondio Karl, sintiendose culpable, se acercó a donde sapnap se había acostado con sus manos en el pecho e intentó tomar una de ellas.

– Aléjate. – rápidamente Sapnap apartó su mano del alcance de Karl.

Karl volvió a insistir y la respuesta de Nick era la misma.

– Quiero ayudarte, por favor Nick. – Pidió rogando.

Sapnap le dio su mano.

Karl sacó un pequeño pañuelo que siempre tenía en su bolsillo, su madre le decía que siempre llevara uno por si le daba alergia o algo. Acarició suavemente los largos dedos de Nick y pasó suavemente el pañuelo por las heridas, limpiando la sangre ajena con suma delicadeza tratando de no lastimarlo. dobló el pañuelo al ya tenerlo lo suficiente manchado y tomó la otra mano, repitió el mismo procedimiento con su otra mano y concluyó plantando un suave beso en el torso de su mano.

– Gracias por dejarme ayudarte. – Agregó Karl con suavidad en su voz.

– Detesto que me toquen, pero tú, tú serás la excepción. Quiero ir a casa. – Sapnap se levantó y tomó la mano de Karl.

– Claro, podemos ir a tu casa o a la mía, además deje mi celular en mi mochila y deje mi mochila en tu casa. – Karl dijo mientras se levantaba con la ayuda de la mano de Sapnap.

– Oh, no, ya es tarde y ambas casas deben quedar lejos, vamos a un motel, tengo dinero y no preguntes de donde lo saqué. – El mayor miró a Karl con una sonrisa y caminaron en busca de uno, aún que Karl aun tenía la suficiente energía para seguir caminando y mirando a su alrededor, sapnap no sentía sus piernas y lo último que quería era dormir en la calle.

Finalmente de haber caminado por al menos 40 minutos encontraron un motel, no se veía caro ni nada, de hecho se veía olvidado y viejo pero eso a estas alturas no le importaba a ninguno de los dos.

Sapnap completo todo el registro mientras que Karl se paseaba libremente en la recepción del lugar, miraba a detalle cada cosa y tocaba por misma curiosidad, solía llamar a Nick para que ser acercara y viera lo que él pero parecía no escucharlo.

– Vamos, Karl, tengo sueño. –Hablo sapnap pasando enfrente de Karl buscando el número de la habitación que le habían asignado dejándolo atrás.

– Oh, ya voy, Nick, esperame. – Corrió detrás de él hasta la habitación y espero que abriera para poder pasar y seguir con la revisión del lugar o como Karl le solía llamar "revisión vespertina de Karl el curioso", sí, se lo acababa de inventar pero que importa.

Sapnap se dejó caer a la cama y se acomodo, quitándose sus zapatos y extendiendo una manta que le había dado la recepcionista, listo para dormir, sintió calor sobre su pecho. Era Karl, se había recostado recargandose sobre su pecho y ni siquiera le importaba a Sapnap.

Sapnap lo abrazo.

– Karl, ¿Mañana quieres ir a la universidad? – susurro Sapnap al darse cuenta que el rubio estaba cansado.

Karl negó con sus ojos cerrados, acurrucandose sobre el pecho del mayor, rodeando su torso con uno de sus brazos y tratando de quitarse sus zapatos torpemente.

– Bien, buenas noches, Karl, descansa. – Sapnap apago la luz de la pequeña lampara que alumbraba a su alrededor y cerró sus pesados párpados.

– Buenas noches, Nick, te quiero. – dijo Karl antes de caer dormido en los brazos de su amigo.

Somebody To Love || karlnap Donde viven las historias. Descúbrelo ahora