4. JIMIN

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[You're On Your Own, Kid, Taylor Swift]

El sudor se deslizó de su frente causándole desagrado, con un suspiro cansado volvió a empujar el enorme tronco de madera. Taehyung, desde lo alto de la escalera, jadeaba por aire sin poder tirar una vez más. El árbol se tambaleó, pero Jimin fue lo suficientemente rápido para lograr estabilizarlo, ¿A quién se le ocurrió pedirle un árbol de tamaño real como escenografía?

Volvió a empujar al árbol artificial, malditamente parecido a uno real, pero no logró avanzar ni un centímetro.

—Esto es ridículo —se quejó Taehyung—. Nunca llegaremos.

—No pierdas la fe —le respondió Jimin, aunque el mismo ya no estaba seguro. Tendría que ir a buscar a alguno de sus compañeros para que lo ayudara, pero eso involucraría dejar solo a Taehyung con el riesgo de que el tronco cayera de las escaleras.

—¿A quién se le ocurrió pedirte esta cosa? —gruñó Taehyung cuando avanzaron un escalón.

—Yo también me lo pregunto —bufó Jimin.

—Cállate y empuja.

—Eres un idiota —Jimin se rio.

Cuando por fin lograron llegar al segundo piso, ambos estaban cubiertos de sudor y respiraban forzadamente. Jimin no era un chico atlético, seguro subir un árbol de diez kilos contaba como su máximo ejercicio de rendimiento.

Taehyung sí era un atleta, debía ser por eso que además de lucir sonrojado se veía increíblemente perfecto. Como si subir un tronco por las escaleras fuera parte de su ejercicio diario.

Jimin trató de recuperar el aire, antes de ser golpeado con fuerza por alguien. Desconcertado, Jimin giró esperando recibir una disculpa, pero lo único que encontró fueron los ojos grises de su hermano menor, tan parecidos a los suyos.

El verano estaba finalizando cuando una cena ilustre se vivió en la casa Park, Jimin había estado en muchas a lo largo de los años, había aprendido con golpes a estar callado, pero era imposible que pasara desapercibido, siempre tenía un cometario listillo para intervenir provocando risas en los invitados.

Esa noche, sin embargo, había sido lúgubre. Porque esos malditos hombres habían hablado en televisión sobre las personas homosexuales y sus derechos. Uno de ellos era su propio padre.

Jimin era gay, aunque nunca lo había dicho en los propios términos, su padre lo sabía, claro que lo sabía. Por eso lo había castigado tanto tratando de llevarlo por el "buen camino" mientras crecía. No debió sorprenderse de que un comentario especialmente malicioso sacara lo peor de él.

Jimin no se arrepentía de haber confesado delante de todas las personas que era gay. Valió la pena ver el rostro de su padre, lamentablemente eso trajo como consecuencia salir de casa con lo único que llevaba puesto. Por supuesto que a Jimin no le importaba, ¿Qué más daba que sus padres no lo quisieran? ¿Qué mierda le importaba la gente que no se cansaba de mirarlo? Por dios, era Park Jimin.

Entonces, Jimin no se arrepentía de muchas cosas en su vida, a pesar de ser un chico impulsivo cuyas acciones le había traído más problemas que beneficios, sin embargo, el uno de sus arrepentimientos tenía que ver con su hermano, con Jihyun.

A lo largo de su vida, Jimin había amado a sus padres, pero existían sucesos que le hicieron imposible quererlos por completo. Ellos lo querían, Abel lo sabía, era su hijo después de todo, pero el amor nunca fue completo y desinteresado, siempre se sintió solo.

Hasta Jihyun. Habían sido hermanos inseparables, los mejores amigos y eternos confidentes. Con un año de diferencia aprendieron a quererse y a cuidarse como nadie más lo haría. Jimin era Jihyun y Jihyun era Jimin, dos personas aparentemente diferentes pero unidas por eternos lazos de amor y lealtad.

Florecer | KOOKMIN |Where stories live. Discover now